A Ricardo Anaya no le ha importado mentir para obtener ganancias en los debates; no le importó mentir para obtener su candidatura y no le ha importado mentir para librarse de las acusaciones por lavado de dinero; Ricardo Anaya finalmente es partícipe de la doctrina del «haiga sido como haiga sido». Es por ello que no tendría empacho en sentarse con Enrique Peña Nieto para pactar una estrategia que impida que López Obrador llegue a la presidencia de la República.
Así lo hizo ver en una reunión con la gente de Citibanamex: «No me voy a ocupar de andar peleando con el PRI, me voy a ocupar de contrastar con López Obrador, que es a quien le tenemos que ganar esta elección». A la pregunta directa de Leonardo Curzio sobre si se reuniría con Peña Nieto, Anaya dijo: «Yo estoy absolutamente abierto a construir con quienes haya que construir para ganar esta elección y darle viabilidad al futuro del país».
Ante la insistencia de Curzio sobre la posibilidad de esa reunión Anaya terminó diciendo: «Digamos que sí». Por supuesto, Ricardo Anaya se tendría que olvidar de las amenazas que lanzó en contra de Peña Nieto que de llegar a la presidencia vería la manera de meterlo a la cárcel. Para Anaya el asunto es llegar a la presidencia al «haiga sido como haiga sido».
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