En el 2006, la campaña del miedo tuvo mucho éxito, el Consejo Coordinador Empresarial, coordinado con autoridades federales y expertos en marketing, lograron que la gente en verdad creyera que el tabasqueño era un peligro para México. Ahora quieren repetir la fórmula, con dos videos, en el primero se observa a una pareja que se prepara para descansar; «¡El Peje quiere echar atrás la reforma! Ni siquiera quiere que los niños aprendan inglés» dice la mujer, a lo que su esposo le responde que esté tranquila porque Meade ganará.
En otro video aparecen dos mujeres jóvenes, una de ellas, dueña de una tienda a la que le están instalando protecciones metálicas para evitar robos. «¿Qué es esto, doña?», le pregunta el ama de casa a la dueña de la tienda, quien responde, alarmada: «¿No oyó lo del Peje?» Y la primera le dice con fastidio «¿‘Ora con qué salió?» «Que quiere sacar a los narcos a la calle, que si el perdón, que no sé qué. ¡Imagínese cómo se va a poner esto! Tengo miedo», manifiesta la dueña de la tienda. «Tranquila, va a ganar Meade», le dice la otra, en tono alentador.
Sin embargo, ni estos videos han logrado despeinar tantito al líder morenista. Los tiempos son otros, el hartazgo y los parcos resultados del gobierno de Peña Nieto han hecho que mucha gente vea con buenos ojos las propuestas de AMLO. Ya veremos si la apuesta a la satanización del tabasqueño les genera dividendos, o les sale más caro el caldo que las albóndigas.
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