No son poca cosa los desaciertos entre el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el primero por no revisar concienzudamente las anomalías de un candidato que presuntamente había falsificado firmas, y en segundo plano, los integrantes del Tribunal Electoral, por cierto, sobradamente bien pagados que justifican la inclusión de un personaje con antecedentes sospechosos.
Esto genera la sospecha de que recibieron línea desde la residencia oficial de Los Pinos. Si el árbitro es parcial desde antes del partido, tenga la certeza que también lo será al calificar la elección. Mal augurio para la democracia mexicana con un árbitro penco y desgarbado.