Hasta con la cubeta se dieron Dante Delgado Rannauro, quien la hace de vocero de Ricardo Anaya, y Javier Lozano, vocero de José Antonio Meade Kuribreña. Se imagina usted si la abanderada del PAN hubiera sido Margarita Zavala, tenga por seguro que el iracundo Lozano estaría defendiendo hasta con las uñas a la esposa de su cuate de farras.
Y si Dante Delgado hubiera llegado a un acuerdo con AMLO y éste le hubiera dado la candidatura a la gubernatura veracruzana, tenga por seguro que en este momento estaría defendiendo la playera de Morena.
Así que, siendo honestos, tanto Dante como Lozano sólo están defendiendo su coto de poder, defienden la parcela que les está dando de comer. Es mentira que en verdad estén preocupados por el bienestar de los mexicanos. Así que no nos vayamos con la finta e idealicemos a estos políticos, que están más preocupados por sus propios intereses; total, los de la nación van en segundo término.
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