Brenda Caballero / ¡En mi casa tiene dos semanas que no pasa! Me dice una amiga enojada que vive por la colonia Margaritas, en referencia al camión de la basura. Por fortuna pasan las motos, aunque para que se lleven la basura hay que pagarles. ¡Pero ni modo que viva en la basura!
Ella tiene una ventaja que no tenemos los habitantes de la Unidad Habitacional de Jardines de Xalapa: pasan las motos-recolectoras de basura, implementadas por la administración anterior.
Ayer por la tarde que volvía a casa, el contenedor ya está repleto, incluso se desparrama… si mis cuentas no fallan, ya tenemos también 14 días sin ver el carro recolector.
Un perro se acerca y jala un hueso que empieza a roer. Las ratas corren ante la presencia del can.
Las quejas no importan al alcalde Hipólito Rodríguez Herrero; incluso él se mueve políticamente con el caso de Proactiva, además de excusarse en la anterior administración, causante de todos sus males e ineficiencias. ¿Y mientras? ¿los xalapeños nos llenamos de basura?
¡Ah!, pero eso sí, bien que nos cobraron a principios del año el llamado “Servicio de Recolección, Transporte y Disposición de Desechos Sólidos”, porque simplemente si no lo pagas, no te cobran el impuesto predial.
Incluso la cantidad a pagar por el servicio de recolección de basura es mayor al impuesto predial.
En administraciones anteriores, se podía decir No al pago, pero ahora ya es a fuerza. ¿Y qué pasa en algunas colonias donde no pasa el servicio de limpia pública? Pues también lo pagan.
Este año, el Ayuntamiento nos cobró más de 300 pesos a los habitantes de Jardines de Xalapa, razón por la que me atrevo a exigir que pase el servicio de limpia pública.
Recuerdo incluso que una de las propuestas del alcalde era que los xalapeños no merecíamos vivir en la basura. ¿Qué pasó entonces con ello y con hacer una ciudad sustentable? Tal parece que bastaron menos de cuatro meses para que se le olvidara.
Echándome un clavado al archivo de los pagos de impuestos municipales, porque seamos realistas, el “Servicio de Recolección, Transporte y Disposición de Desechos Sólidos”, ya es un impuesto, fue en el año 2005 cuando lo implementaron, y efectivamente, en ese año, pagué más de basura que de predial, aunque sólo fueron 26 pesos con descuento, situación que coincidió a través de los años siguientes, pues siempre tiende a subir.
Mientras que el impuesto predial entre un año y otro se incrementa de manera mínima, en el caso de la basura no es así, hasta parece que le aplican la inflación.
Del recuento surgen los diferentes nombres que ha tomado. En el año 2005 se le denominó “Derecho de Limpia Pública”, nombre que cambiaron en el 2009 a “Derecho por Servicios de Recolección, Transporte y Disposición Final de Desechos Sólidos”; para el año 2016 volvió a cambiar por “Servicio de Recolección, Transporte y Disposición de Desechos Sólidos”, nombre que guarda en la actualidad.
Y es que si vemos la transición de la denominación, éste pasó de ser un derecho que teníamos los xalapeños a un servicio. Luego entonces, si es servicio y no me lo proporcionan, pues que me devuelvan mi dinero.
Me dice un amigo del Puerto de Veracruz:
–¿Sabes dónde vive el alcalde?
–¿Porqué?– Es mi respuesta inmediata.
–¡Pues para tirarle la basura!
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