Ricardo Anaya Cortés

Ricardo Anaya Cortés FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / En mi opinión, lo mejor de Ricardo Anaya es lo que muchos consideran lo peor de él, logró ganar la candidatura del PAN a pesar de todo y de todos; y conste que no se trataba de unos “cualquieras”; se enfrentó a Felipe Calderón y le ganó, a Gustavo Madero y le ganó, a Margarita Zavala con todo lo que representa y logró hacerla a un lado; a los demás que aspiraban a la candidatura, solo les dio tiempo de quitarse del camino de Ricardo.

Causó molestia en muchos miembros de su partido pero, es indiscutible que, después de entregar los mejores resultados electorales en el 2016, ganando siete gubernaturas, era de esperarse que ser candidato presidencial era parte de su proyecto personal.

Su elección como candidato a la presidencia de México, con todos los heridos, rupturas y grietas que ha causado, fue democrática, en algunos momentos, en el límite de lo legal y lo permitido por el partido, pero dentro de la ley en todo caso y forma.

Lo que seguía después, como en cualquier partido democrático de otro país, era que los perdedores se sumaran y procedieran a la operación cicatriz para estar en las mejores condiciones para la verdadera contienda, pero no, Margarita Zavala y los otros aspirantes decidieron irse como independientes, causando un serio problema en el partido. Eso es justo lo que no me gusta de muchos políticos mexicanos, no son democráticos, no asumen que, en cualquier proceso de elección, existe la posibilidad de perder, pero no, prefieren el rompimiento antes que reconocer la derrota.

Lo anterior representa, en mi opinión, lo mejor de Anaya, que haya sido determinado contra personajes de mayor peso político no representa un negativo, por el contrario, a mi parecer, es un activo, uno como para presumir.

Como candidato me desilusionó cuando presentó su propuesta de Ingreso Universal para todos los mexicanos, no es posible entrar en la cancha que juega  López Obrador con maestría inigualable, lo que tenía que hacer, creo, era mantener la posición como la contraparte racional y presupuestalmente viable y posible, ser el candidato que nos propusiera la modernidad total a todos los mexicanos, más que una pensión.

Después verlo plagiar presentaciones, confirmé que era un candidato con pésimos asesores, hablar de modernidad y tecnología y creer que el resto de los mexicanos no tenemos acceso a la misma información que él, es, por decirlo de alguna manera, decepcionante.

Es un político joven que todavía puede corregir su campaña, Calderón lo hizo en su momento. Puede hablarnos del México posible, donde estén garantizadas plenamente todas nuestras libertades, aclare de forma clara y contundente la operación de la venta de su nave industrial. Se me ocurre que podría llamar a Transparencia Mexicana para revisar esa venta y someterla al escrutinio público.

Anaya tiene una capacidad extraordinaria para debatir, lo vimos con López Dóriga cuando llevó a las cuerdas de protección a Manlio Fabio Beltrones, un grande de la política. Espero que lo podamos ver así en los próximos debates, es importante que exponga a sus contrincantes en sus debilidades, donde sin duda, tiene buena capacidad y es rápido argumentando.

Cuenta con la inmejorable posición de ser candidato de una coalición con partidos que representan a la izquierda y a la centro derecha en nuestro país, puede parecer un negativo, pero yo lo veo como una garantía de que las propuestas de políticas progresistas se mantengan en la agenda nacional, y eso, por más que digan, no se puede considerar como un punto en contra.

Es joven y debería poder conectar mejor con el electorado de su generación, es un asunto que debería enfocar con mejores propuestas. A pesar del golpeteo tan intenso por parte del gobierno, se mantiene en segundo lugar en las encuestas, por lo que debe concentrarse en el que va liderando y dejar por un momento a los demás candidatos, en está elección no tiene sentido pelear por el segundo lugar, no sirve para nada.

Es un buen candidato, con sus antecedentes positivos y negativos como todos, con determinación, pero solo con medio partido que lo apoya, asesores no muy brillantes, pero aun con tiempo para dar el cambio en su campaña.

Depende casi por completo de cómo le vaya en los debates.

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