Señala un sabio proverbio persa: «Habla delante de tus enemigos de tal manera que si llegan a ser tus amigos, no tengas que avergonzarte de tus palabras». Jorge Castañeda, que se presume tan intelectual, no alcanzó a leer este proverbio, porque de haberlo hecho hubiera tenido más cuidado al hablar de Ricardo Anaya, de quien en la actualidad es vocero.
En una participación en ForoTV, Castañeda, inusualmente sobrio, declaró lo siguiente: «Las denuncias sobre sus viajes a Atlanta, que tiene a su familia viviendo allá, que desde cualquier punto de vista tiene un tren de vida que no corresponde a su ingreso actual y como se niega a entregar su declaración de impuestos, la 3de3, no solo la carátula, sino la completita de impuestos, pues yo creo que ya poco a poco está entendiendo Anaya, como entendió Josefina Vázquez Mota, antes que ante más ataques posibles mejor se baja o se va a bajar muy pronto».
Pues éste, a quien criticó Castañeda, que lleva un tren de vida que no corresponde a su ingreso actual, que se niega a entregar su declaración de impuestos, y que se va a bajar muy pronto de la campaña, es ahora su patrón y está obligado a hablar bien de él. Repetimos el proverbio: “«Habla delante de tus enemigos de tal manera que si llegan a ser tus amigos, no tengas que avergonzarte de tus palabras». Pero la vergüenza, Castañeda, ni la conoce.
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