Hoy inició la Semana Santa con el Domingo de Ramos que representa la llegada de Jesús a la ciudad de Jerusalén; una entrada triunfal en la que todos, con palmas en las manos, le dan la bienvenida al que consideran “Rey de Israel”. Esa bienvenida a Jesús se transforma en rechazo y repulsión cuando se enteran que él no era el rey que ellos esperaban, un rey que los librara del yugo de los romanos.
Es por ello que días después, ante la pregunta de a quién querían dar el indulto, si a Jesús el Mesías o a Barrabás el salteador, los judíos gritaron a voz en cuello: «A Barrabas, danos a Barrabas». En este 2018 los candidatos a la presidencia de la República prometen muchas cosas, las expectativas puestas en ellos son muy altas. Los candidatos dicen tener la fórmula para solucionar todos los problemas del país.
Es por ello que, como Jesús, a su entrada a Jerusalén son recibidos por su militancia con vivas y alabanzas. «Salve, salve o Meade salvado de México»; «salve, salve o Anaya salvador de México»; «salve, salve, o AMLO salvador de México». Y uno se pregunta, cuántos de estos que ahora vitorean a su candidato el día de mañana lo van a repudiar cuando se den cuenta que ninguno de los tres tiene la fórmula mágica para sacar adelante a este país.
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