Somos suena a muchos, a plural. Y es que para Juan Díaz de la Torre, flamante consejero nacional de Nueva Alianza y mandamás del SNTE, es muy fácil hablar a nombre de todo el magisterio nacional. Se siente dueño de la voluntad de un millón 673 mil 623 miembros en todo el país al comprometer al magisterio nacional en una cruzada favor del candidato del PRI.
El señor olvida que, en México, se está extinguiendo el corporativismo. Olvida que ahora comienza a prevalecer el voto pensado y razonado, especialmente entre los maestros. Si él, como punta de flecha tiene compromisos políticos, está en su derecho de cumplirlos, pero a título personal. El magisterio nacional, una gran parte, no comparte su preferencia electoral.
Además, qué puede esperar un sujeto débil y timorato, que sólo responde al tris de dedos del señor presidente. Un líder de papel que prefirió cuidar su propio pellejo a defender los derechos laborales de los maestros. Por esa razón, es lógico que sólo sus cercanos y allegados sigan sus directrices, pero de eso a que más de millón y medio lo obedezcan, eso está en chino.
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