Se aprende más de los errores que de los aciertos, las derrotas propinadas por parte de Morena y PAN-PRD, al PRI estatal deben dejar una importante lección a su novel dirigente, Américo Zúñiga. Los resultados de este domingo pasado, donde se celebraron elecciones extraordinarias, el PRI quedó muy mal parado. Zúñiga Martínez debe comprender que el cochambre y mugre que han dejado las dos administraciones anteriores, sigue pesando.
No es tiempo para lamentaciones ni para lamerse y curarse las heridas, es tiempo para recomponer estructuras y crear espacios directos con la sociedad que se siente agraviada. Es tiempo para hacer destacar la presencia y buenas cualidades de Pepe Yunes, un buen candidato pero desgraciadamente en un mal momento.
Ojalá y el PRI capitalino entienda los tiempos y el mal sentir de los veracruzanos. Es tiempo de trabajo, es tiempo de reconocer que se es oposición, es tiempo de sumar a todos los cuadros, convencer, argumentar y por qué no, pedir humildemente el benéfico de la duda, no es tiempo de soberbias y arrogancias. Eso fue precisamente parte de los errores en el pasado del tricolor. Tienen que ser fuertes y dignos, pero sin soberbia y arrogancia, claro, si quieren recuperar la gubernatura.
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