Édgar Landa Hernández / “A dónde se fue el amor” Dice una estrofa de una melodía interpretada por el cantante José José , ¿Dónde está el amor? ¿Alguien lo ha encontrado por favor o no? Y esa misma pregunta hago yo. ¿Dónde está el amor? Miro el periódico, y en las noticias: un sujeto acaba de aniquilar de una forma grotesca a su pareja, un pequeño ser es abandonado sobre la banqueta de una calle sin saber los pormenores de la persona que ejerció tan deleznable acción.
Una familia asesina a sangre fría a la mayor parte de sus congéneres y todo por la herencia. Y así una innumerable cuenta de sucesos que hoy en día ya son muy común ver. ¿Qué nos está pasando? ¿Cuándo dejamos de percibir el amor y nos hemos dejado llevar por la ira, el rencor, y la avaricia? ¿Dónde ha quedado aquel homo sapiens que según los grandes eruditos de la ciencia somos los mejores pensantes en el universo? En muchas de las veces, los animalitos nos demuestran de mil formas el amor, ellos son el modelo de lo que hay que hacer.
Es hora de buscar soluciones y no culpables. ¿En qué ha fallado el padre que trata de darle todo a sus hijos y estos, sin embargo, cuando es hora de apoyar actúan con egoísmo no contribuyendo al mismo amor de familia? ¿Cuándo el interés material hizo a un lado el poder del amor? En el lineamiento del universo todo cambia, ¿por qué no podemos cambiar los seres humanos? ¿Será cierto que es tan difícil encontrar el amor? Hoy debemos de encontrar todo aquello que se ha perdido, ¿Cómo?
Empezando por nosotros mismos, por dar amor a nuestra familia, instruyendo con el ejemplo, obsequiando nuestro tiempo, escuchando a nuestros hijos, convertirnos en sus amigos para recobrar la confianza que se ha perdido. Hemos dejado tanto de hacer que hoy únicamente estamos cosechando lo que con antelación no hicimos. Hoy más que opinar debemos de reflexionar, si queremos seguir como estamos, o actuar de una forma amorosa que conlleve no solo a nuestro propio bienestar sino al bienestar de todos.
Por que en esta vida todos estamos entrelazados, todos necesitamos de todos convirtiéndonos en la gran madeja que cierne sus hilos sobre el vasto universo en el cual estamos depositados. Quizás, será como dice José José, ¡el amor solo está herido más no desfallecido!. Démosle otra oportunidad.
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