Algunas personas “en su prístina inocencia” han de pensar que aquellos que se oponen al Teletón son gente de mala entraña, hijos de mala sangre que contemplan el sufrimiento de los demás y sólo se cruzan de brazos. Para esas personas, en su prístina inocencia, Televisa debería tener un altar en la Basílica de Guadalupe a donde se le pueda ir a orar para darle las gracias por todo lo que ha hecho por la infancia. A esas personas que viven “en su prístina inocencia” les decimos que hasta la Organización de las Naciones Unidas reprochó al gobierno de México que dejara la asistencia a las personas discapacitadas en manos de comerciantes y estafadores.
Desde hace mucho tiempo hemos denunciado que las fundaciones como Teletón se utilizan para evadir impuestos. Porque lo que usted o cualquiera dona al Teletón no requiere de recibo o de factura, y es que la mayor parte del dinero que recoge Teletón es de personas que acuden a un banco, o alguna empresa filial del Teletón a donar y ese banco o empresa toma el dinero y lo entrega como si ellos fueran los donadores y a ellos sí se les exentan impuestos.
De hecho, todo ese dinero acumulado lo entrega Fundación Teletón como una donación de ellos, lo que le significa millones y millones de pesos que no paga Televisa de impuestos. De modo que Teletón puede ser la estafa maestra oculta bajo el rostro de la asistencia pública, de la bondad de unos empresarios que quieren que los niños con discapacidad se curen, labor a la que está obligada el Estado.
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