Arturo Reyes Isidoro / Confirmó ayer el delegado de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Montano Guzmán, que el presidente Enrique Peña Nieto vendrá al Estado no sólo este martes sino también el próximo día 22, dentro de sólo nueve días.
En un país territorialmente tan grande como el nuestro, no hay nada razonable que justifique dos visitas presidenciales en tan corto tiempo a la geografía veracruzana, hoy a Perote y la próxima semana a Misantla.
En mi vida activa de reportero, en mayo cumpliré ya 48 años, no recuerdo algo similar, si acaso algún Presidente vino seguido por alguna contingencia de la naturaleza, pero no para dos actos si bien importantes no urgentes.
Hoy viene a inaugurar una bodega granelera y luego nos visitará para encabezar un acto con motivo del Día Mundial del Agua. Eso será todo… aparentemente. Creo que se trata de buenos pretextos pero el fondo de las visitas es otro.
¿Qué información tendrán en la Presidencia sobre las cifras que alcanzan en Veracruz, entre el electorado, los candidatos del PRI incluído José Antonio Meade? ¿Qué tanta ventaja les saca ya Morena, Andrés Manuel López Obrador, que se encendieron los focos rojos?
Mi lectura es que el Presidente, el líder natural del PRI (Enrique Ochoa Reza es el presidente formal), viene en plan de bombero, o, mejor dicho, de paramédico a dar respiración de boca a boca a su partido y a los candidatos priistas a quienes parece esperarles una catástrofe.
Veracruz tiene el tercer padrón electoral más grande del país y mucho de lo que aquí pase el 1 de julio próximo determinará quién será el nuevo Presidente y qué partido o partidos controlarán el Senado y la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
No es, pues, poco lo que está en juego, y el PRI, sus candidatos en el Estado no despegan del tercer lugar y se ve muy remoto que remonten a sus adversarios, en especial a los de Morena a los que arrastra a la alza el efecto López Obrador.
Si viene el Presidente en la primera y en la segunda quincena de este mes antes de que comiencen en unos días más las campañas es que no sólo ve que su partido se quedó huérfano al perder la gubernatura, sino que no ha habido nadie en el Estado capaz de entusiasmar a lo que queda, de hacerlo competitivo y de darle la posibilidad de ganar.
Lógicamente, a Peña Nieto debe preocuparle sobretodo la suerte de su candidato presidencial, pero la misma suerte que él corren todos los demás que compiten de su partido, o sea que ni en el nivel federal ni en el local se ve que aunque no ganen consigan muchos votos los priistas y de paso ayuden a Meade.
Por eso, creo, el inquilino de Los Pinos se puso el overol, la ropa de faena, y ha decidido venir a tomar los bártulos y tratar de salvar la situación para su partido y sus candidatos. El barco hace ya agua y no sólo va a tratar de achicarla sino también de hacer reflotar la nave.
Con todo y sus defectos o sus pillerías, cuánto debe extrañar el Presidente a Javier Duarte de Ochoa, de quien decía que él sí sabía ganar elecciones y por eso lo sostuvo contra viento y marea y la opinión en contra de Manlio Fabio Beltrones, Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray Caso, quienes le pedían que lo removiera. Peña confiaba en que iba a ganar la elección de 2016. Le quitaba, pues, un peso de encima.
¿Preocupará a quienes se dicen o se creen muy chingones y alardean que van a ganar la elección que sea el propio Presidente quien tenga que venir a insuflar ánimo al priismo que queda y a tratar de detener a los que todavía no se han brincado a Morena?
Por esa preocupación que se advierte que tiene Peña Nieto no entiendo a veces si los candidatos del PRI quieren de veras ganar o si hacen a propósito todo para perder.
Esto me lo plantée el viernes pasado cuando vi una foto a todo color en la primera plana del diario Notiver donde se observa a la candidata a senadora María del Carmen Pinete Vargas y al dirigente estatal del PRI Américo Zúñiga Martínez ¡con Fidel Herrera Beltrán!
¡Zambomba!, exclamé.
Según la nota de la reportera Nohemí Valdés, la gráfica es del pasado 18 de febrero en el Foro Sol de la Ciudad de México donde Pepe Meade fue ungido como candidato del PRI a la Presidencia.
Pero ahora la sacó Maru Pinete del archivo y la presumió el 7 de marzo para felicitar al Tío con motivo de su cumpleaños. Nohemí pescó la gráfica y la publicó como la obligaba su deber profesional y por el interés periodístico que tiene en pleno periodo electoral.
Habla bien de la ahora diputada federal con licencia por el distrito de Tantoyuca su fidelidad a Fidel, pero una cosa es el afecto personal y el agradecimiento (una versión dice que él le consiguió la candidatura al Senado) y otra exponerse a que la bese el diablo cuando el PRI está a punto de sufrir la peor derrota de su historia en Veracruz y el cuenqueño no es precisamente lo mejor para presumir ante el electorado, que recuerda muy bien todavía que él es parte responsable del desastre en que quedó sumido el Estado, situación que agravó su hijo político Javier Duarte de Ochoa.
Ahora sólo falta que la propaganda de los candidatos del PRI luzca el logotipo tricolor y una foto de Fidel.
¿Cómo ayudar así a su causa y de paso cómo ayudar así a su candidato a la gubernatura Pepe Yunes, que lo más que ha podido ha sido estar lo más lejos tanto de Fidel como de Duarte, porque sabe que son una losa tan pesada que si alguien se pone debajo terminará por ser aplastado?
De los candidatos al Senado se da casi por hecho que ganarán Norma Rocío Nahle García y Ricardo Ahued Bardahuil, de Morena, y que los acompañará en un escaño Julen Rementería del Puerto, del PAN, quien llegará como primera minoría (la semana pasada obtuve el dato de que el candidato priista de la primera fórmula Juan Nicolás Callejas Roldán tiene sólo 5 puntos de preferencia entre el electorado; cómo andará la candidata Pinete Vargas).
Sobre la situación de Meade, el columnista Raymundo Riva Palacio publicó un interesante análisis ayer (“Meade no prende”) en el que afirma que “El nuevo parte electoral sobre la sucesión presidencial pinta peor para José Antonio Meade de lo que estaba al comenzar la intercampaña”. El link en el que se puede leer completo el texto es el siguiente: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/meade-no-prende
Por su parte, el güero Jorge G. Castañeda analiza y comenta la contienda para senadores. Resumo: el PRI no ganaría ninguna fórmula en ningún Estado, pero si queda en segundo lugar en diez entidades podría tener sólo diez senadores de mayoría “y, en el mejor de los casos, seis o siete más”. Recuerda que hoy el tricolor tiene cincuenta y cinco senadores.
Hizo otro comentario: “He oído hablar de algunas otras encuestas que en diputados le dan al PRI 11 por ciento. No hablemos del candidato presidencial. Si el PRI no logra arrebatar ni una gubernatura; si cae de cincuenta y cinco senadores a menos de veinte; y si en diputados apenas araña un veinte por ciento, estaremos atestiguando algo nunca visto: la desaparición del ‘partidazo’”. El link del texto completo es: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/jorge-g-castaneda/el-pri-en-el-senado
Según mi lectura de las visitas presidenciales, Peña Nieto tendría razón para preocuparse y ocuparse del padrón electoral de Veracruz. Aunque no lo diga ni este martes ni el 22, viene a decir a los suyos, aquí estamos, ánimo, sí se puede. Ya habremos de ver qué eco tiene y alcanza.
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