Lorenzo Portilla y su Orfis tapadera no tienen excusa, si les pagaron o no para quedarse callados eso es otra cosa; nosotros creemos que sí les pagaron, porque nadie se presta de manera gratuita para encubrir los crímenes de otros.
Aquí lo esencial es que el Orfis, teniendo las herramientas, los instrumentos jurídicos, teniendo la ley en la mano fue omisa, fue negligente y fue cómplice. Por cualquiera de estas razones Lorenzo Portilla debería renunciar: ser omiso lo obliga a renunciar; ser negligente lo obliga a renunciar; ser cómplice lo obliga a renunciar.
