«Lo que allí ocurrió, acabó de sellar el destino de la otrora poderosa maestra, en ese entonces presidenta del SNTE, el sindicato más numeroso de América Latina», escribió Garfias. En su columna relata que estaba reunidos con ella Aurelio Nuño, Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray. El tema eran los maestros, la Reforma Educativa y el sindicato, según le contó una fuente que presenció el acto al periodista. «A Gordillo le pusieron en bandeja la Secretaría de Agricultura».
Sólo le pedían que se mantuviera al margen del proceso educativo apenas llegara Enrique Peña. Comenzó el jaloneo. Primero suave, luego ríspido. Elba se sentía todavía poderosa. Con fuerza se opuso a la propuesta de Nuño de «eliminar la plaza de base», refiere Garfias. «No puedo aceptarlo. No voy a traicionar a los maestros ni a llevarlos a la incertidumbre», respondió Elba Esther según la relatoría de la fuente de Garfias. Esta conversación redime a la poderosa maestra, pone a la maestra Gordillo como una verdadera defensora de los maestros.