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Claro que Peña Nieto tiene las manos adentro de la elección de 2018; el problema es que Anaya tiene cola de cocodrilo

Pues está muy difícil que el presidente Peña Nieto no se meta en el proceso electoral, sobre todo porque lo que está en juego es su futuro; van a elegir al que habrá de sucederlo, que bien puede ser alguien que esté de acuerdo con su gestión, como alguien que pretenda buscarle la corrupción hasta en su casa, su “Casa Blanca”.

Además, Peña Nieto es el jefe político de su partido, el PRI, de modo que los cambios que haga de miembros de su gabinete al PRI es parte de una estrategia en la que él es una pieza muy importante. Ahora, si lo que se cuestiona es su esfuerzo y voluntad para, mediante las instituciones echar abajo la candidatura de alguien, pues ahí tampoco hay gran misterio porque si puede hacerlo lo hará.

Pero se lo hará a quien tenga cola que le pisen, y Anaya tiene una colota de cocodrilo que no es fácil de esconder. De modo que, aunque el presidente diga que su única participación en la elección de 2018 será emitir su voto en la urna, pues se queda muy corto de acción.

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