Pero por si acaso, y para que no se diga que el del lenguaje de “verdulera” es Anaya, Diego Fernández de Cevallos, excandidato presidencial, quien fuera secuestrado y lamentablemente regresado, quien nos quiso ver la cara con el montaje de su regreso como el “apóstol de los farsantes”,
llevando flores a su amada, bueno, un verdadero “hijo de puta”, ya se echó la culpa y no sólo eso, pluralizó la expresión, es decir, no sólo Mauro Rodríguez es un “hijo de puta” para Fernández de Cevallos, todos en la PGR son uno “hijos de puta”.
