¿Quién no recuerda el berrinche que hiciera Mario Vargas Llosa por su derrota ante Alberto Fujimori en las elecciones de Perú de 1990? La elección se tuvo que ir a una segunda vuelta en la que Fujimori arrasó con la votación, prácticamente duplicando la del escritor peruano. Tanto le dolió a Vargas Llosa esa derrota, pues él se consideraba una luminaria muy querida en su país, que decidió exiliarse en España, pedir la nacionalidad española y mandar al carajo a los peruanos que decidieron darle la presidencia a un sujeto de ascendencia japonesa que a él, un descendiente de conquistadores españoles.
En adelante todo sujeto que reúna en un mitin a más de 50 personas, tiene tintes de populista. Para Vargas Llosa todos los presidentes latinoamericanos llegan gracias al populismo, a ese cáncer que le hace tanto daño a la democracia. Es por ello que a los que están al tanto de la historia, no extrañan las declaraciones cuasi fascistas del neoespañol Vargas Llosa con respecto a que si gana López Obrador las elecciones del 2018 en México eso sería un suicidio democrático.
Dice el Premio Nobel de Literatura: «Yo espero que no gane López Obrador. Creo que sería un retroceso tremendo para la democracia en México». AMLO por su parte le contesta: «Vargas Llosa, buen escritor, mal político».
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