Édgar Hernández* /
Intereses personales, políticos y de millones de pesos desquician al ayuntamiento de Xalapa
Aprovechando la novatez y ausencia de destreza política, así como los conocimientos elementales en el manejo de la administración pública de parte del entrante alcalde de Xalapa Hipólito Rodríguez, es que los líderes de los 11 sindicatos tienen al ayuntamiento de cabeza.
Fue todo un complot en donde, salvo el líder sindical croquista Rolando Ortega quien no se prestó a la transa, se conjuntaron Guillermo Caballero, dirigente de FATEV, Jesús Méndez de la CTM, Rafael Meza, del Sindicato Democrático, Cesar del Toro del Sindicato DIF, Mar Gudelia, del Sindicato Parque y Maquinaria y Aristeo de Parques y Jardines para hacerla manita de puerco a Hipólito.
Un expediente armado para conocer el origen de este alzamiento sindical revela que todo se origina cuando el Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Xalapa (CROC) que dirige Ortega Salazar, emplaza a huelga para el próximo 14 de marzo al Ayuntamiento de Xalapa.
Hasta ahí todo, digamos bien.
Las pláticas para la revisión de las condiciones generales de trabajo, se iniciaron en el Tribunal de Conciliación y Arbitraje del Poder Judicial del Estado en las que por el Ayuntamiento ha estado presente Andrea Doria Ortiz Aguirre, directora del área jurídica.
Sin embargo, de manera por demás sospechosa las organizaciones sindicales antes citadas empezaron, el pasado miércoles, a sacar a sus agremiados a las calles y a Palacio Municipal que de pronto tomaron por asalto quesque en protestar reclamo de prestaciones y ajustes salariales.
Entre los rijosos se percibía su estado alcohólico y algunos de ellos verdaderamente drogados de tal suerte que la violencia no se hizo esperar gestando una burbuja de confusión sobre el valor de su justo o no reclamo laboral.
Se aprovechó además para gestar un escándalo mediático en donde el malo de la película fue su atarantado alcalde que en la impronta no supo cómo resolver ese conflicto armado a modo para desquiciar, como fue, su arranque administrativo.
Lo que no sabía Hipólito hasta que concluyeron las indagaciones es que por debajo de la mesa había reclamos financieros de carácter personal para los dirigentes Cesar del Toro, doña Mar Gudelia, Rafael Meza, Jesús Meza y otros más citados líneas arriba.
Acostumbrados al chantaje y obtención de prebendas fuera del compromiso sindical que normalmente se firma cada año, pensaron que jalándole un poco la correa el buen Hipólito iba a aflojar.
La confusión mediática y la ausencia de experiencia en el manejo de estos líderes venales de parte del nuevo edil dio como resultado un torpe manejo municipal del tema laboral mismo que hoy mismo lucha por remontar.
Ya por lo pronto las aguas regresaron a la calma.
Tras establecer Hipólito el compromiso de que no habrá represalia alguna –laboral, económica o política– contra los trabajadores que participaron en la manifestación y toma del Palacio Municipal, autoridades y líderes de diez organizaciones sindicales del H. Ayuntamiento de Xalapa ratificaron, por escrito, los ofrecimientos hechos por el municipio.
Tras ello se inició la entregará a los empleados municipales de las despensas a las que tienen derecho y en coordinación con las dirigencias sindicales se inició la revisión, para cubrir caso por caso, los adeudos en cualquier prestación salarial.
Que si ¿hubo dinero bajo la mesa?.. ¡No!
Al descubrirse el pastel de la venalidad se reconvino a los mañosos líderes sindicales a respetar los acuerdos y no gestar nada fuera de la ley particularmente con los trabajadores de Limpia Pública y Parques y Jardines –que fueron los que llenaron la Sala de Cabildo ese miércoles insultando y agrediendo- que han creado una mafia del vicio y arietes de golpeadores.
Ello es al menos lo que arrojó la indagación e histórico administrativo. “No es permisible que continúen los privilegios del pasado”, les dijo a los trabajadores del ayuntamiento.
Hipólito Rodríguez les aclaró además que no acudió al Palacio Municipal el día de la gresca porque en la manifestación se infiltraron provocadores que pretenden politizar y desestabilizar el trabajo de la administración, y no era prudente poner en riesgo a regidores, funcionarios y personal.
“Tampoco los elementos policiacos que llegaron a la calle Enríquez los solicitamos nosotros”, dijo.
Así, en el deslinde de responsabilidades se hizo manifiesto además que Rolando Ortega Salazar, secretario general del Sindicato (CROC) no participó los desmadres del miércoles anterior y que las negociaciones con su organización son y serán muy independientes a las demás agrupaciones sindicales.
Por lo pronto hay un emplazamiento a huelga para el próximo 14 de marzo.
En el fondo pues de este embrollo está ese cúmulo de sindicatos que autorizaron administraciones anteriores, mismos que hoy se crispan al llegar los iniciados a la nueva administración municipal.
Esa es la verdad verdadera.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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