La orfandad de los investigadores de la UV

Rosío Córdova Plaza; Sara Ladrón de Guevara FOTO: WEB

La Universidad Veracruzana, en su Código de ética exige a sus alumnos y maestros integridad que para ellos «supone la concordancia entre sus pensamientos, sentimientos y acciones, es actuar en consonancia con lo que cada uno dice o considera importante en la vida sin afectar los derechos de otras personas». Mal precedente sienta este deslinde, pues en adelante los investigadores tendrán que adecuar los resultados de sus investigaciones para que no resulten incómodos, no vaya a ser que a la rectora se deje llevar por su cobardía nuevamente y se eche para atrás, deslindándose en lugar de respaldar.

Eso se esperaba de la Universidad Veracruzana, que respaldara a su investigadora, que apoyara en los momentos difíciles a la académica. En caso de que la académica se hubiera equivocado, la UV tendría incluso que respaldarla, pues el mismo Código de ética obliga a asumir «con madurez sus equivocaciones cuando éstas les son señaladas por los demás de forma respetuosa».

Queda patente que los académicos, investigadores y alumnos al no tener el respaldo de su Rectoría, andan huérfanos. Tener como rectora de la UV a Sara Ladrón es como no tener madre.

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