La titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles Berlanga, se vio nerviosa y a ratos molesta con las preguntas, que le hicieron esta mañana en el noticiero de Carlos Loret de Mola. Declaró que no le encontrarán departamentos ni casas ——vaya, como si eso fuera lo que importara—, lo que realmente importa es que ese dinero aparezca, ya que hay fuertes sospechas que se usó para pagar campañas del PRI.
Por otro lado, el Chico maravilla se contradice y nunca quiso reconocer si es amigo de Cobreiro, el empresario que trianguló fuertes cantidades de dinero mediante el uso de empresas fantasmas. Lo cierto es que los mexicanos, de antemano sabemos, que ni a Chayo, ni a Anaya los tocarán. Ellos forman parte de la guerra sucia que siempre acompaña a las campañas electorales.