En los dichos de las abuelas se encuentran mares de sabiduría y verdad. Cuando ellas notaban que un hombre dejaba de cumplir sus responsabilidades y obligaciones por ir a ver a la novia, decían a boca jarro: «Jalan más dos tetas que dos carretas». Y eso no es sorprendente, cuando el amor pega con tubo, algunos hombres pierden la noción del tiempo y están dispuestos a cumplir cualquier capricho que la damisela les pida.
Eso es precisamente lo que le está pasando al senador Jorge Luis Preciado Rodríguez, miembro del Partido Acción Nacional. Este hombre es esclavo de Eros, del amor cachondo, a este folclórico personaje, quien ha sido diputado local, federal y senador por el estado de Colima, anda que se le derrite todo por complacer a la joven Isis Amaya Baltazar Martínez, su novia, 20 años menor que él, quien lo trae cacheteando el pavimento.
En enero del 2016, se filtró un audio en las redes y a los medios, cheque usted, una probadita del diálogo del senador con su novia: «—Senador: ¿Me extrañas? Dime que me extrañas, aunque sea un poquito. —Novia: Ahí sí, bebé, sí te extraño. —Senador: Dime que me deseas aunque sea un poquito. —Novia: No seas sexoso…»
Pues el audio completo es aún más explícito y esto no cobraría importancia, tan sólo se quedaría en una nota más de revista de espectáculos. Sin embargo, el cachondo senador movió cielo y tierra y logró que el motivo de sus suspiros se registrara como aspirante a la candidatura de diputada federal por la vía plurinominal, la cual fue autorizada por el Comité Ejecutivo Nacional del PAN.
Así que se confirma el dicho de la abuela, el poder de esta fémina está por encima de los derechos de muchos otros que aspiran a un cargo de elección popular. Total, para qué es el poder, pues para poder.
Comentarios