Y es que la obesidad, el sobrepeso y los trastornos alimenticios se han convertido en uno de los principales problemas de salud pública del país y en un factor determinante de la productividad del trabajador mexicano. Mire usted, de entrada, la obesidad en particular dobla las probabilidades de ausentarse del trabajo a causa de algún síntoma físico relacionado, como la diabetes o problemas cardiorrespiratorios.
Dichos padecimientos le cuestan a México tres mil 500 millones de dólares en atención médica y hospitalaria, así como una pérdida incuantificable en horas de trabajo de quienes tienen problemas de sobrepeso. Así que le damos un buen consejo, mírese al espejo y si sus mejillas brillan y tiene usted el vientre voluminoso, es hora de irle bajando a las tortas y a los tacos. Nuestro corazón nos agradecerá y los que nos rodean también.