Luis Ortiz Ramírez / Si hay alguien, a quien tiene que agradecer Juan Díaz de la Torre por su carrera como político sindicalista, es a la Maestra Elba Esther Gordillo Morales, su mentora y hacedora, a la que le clavo el puñal de la traición por la espalda. Por esa razón, el término espurio que le espeta la CNTE, a este fementido, es un adjetivo muy preciso que alude a todo aquello que es falso, contrahecho, o no auténtico. Años atrás este término se usaba en forma despectiva, para hacer referencia como es comúnmente conocido a los hijos bastardos.
Hoy, en el segundo mes del 2018, este término describe a la perfección a este hijo ilegitimo, un hombre que sin remordimientos, traiciono a su mentora con tal de no correr el mismo destino de la mujer que lo dio a conocer en el sindicato magisterial más grande de América latina. Después del calambre que el gobierno federal permitiera, mediante un juez federal, para ponerle un pequeño tropiezo, a días del congreso que lo ungiera cono Presidente del SNTE, avalado por casi 4 mil delegados a modo, de esos que son especialistas en levantar el dedo. Juan Díaz de la Torre, ingenuamente cree que podrá disfrutar de su reinado de papel.
No sabe, que las decisiones de peso, esas que tienen que ver con los derechos laborales de los maestros, y sus incrementos salariales, se tomaran con el titular de hacienda y el ejecutivo federal. El presidente del SNTE, brillara por su ausencia, solo será requerido el secretario general y su comisión dictaminadora, como simples portadores de las noticias que anunciaran un pírrico incremento, que seguramente no rebasara el 5 por ciento directo al salario.
Solo faltan dos meses, para que veamos el trabajo de marionetas que harán los encargados de negociar los incrementos salariales para los maestros, junto a los pliegos petitorios de las diversas secciones del país, simple papel bond, que no servirán ni como sustituto de papel de baño.
Además, si Díaz de la Torre y su runfla de aduladores, piensa que la tendrá fácil, están completamente equivocados, la bases de apoyo de la CNTE, en estos momentos están cobijando al candidato con mayores posibilidades para ocupar la silla del incipiente, Enrique Peña Nieto, y desde luego, no avalan ni aceptan la dirigencia de un personaje, que llega y repite en la presidencia que le robo a la maestra Elba Esther Gordillo Morales.
No es gratuito que el yerno de la maestra Gordillo, Fernando González, el ex subsecretario de Educación, sea la punta de lanza para apuntalar el Proyecto de Nación de Andrés Manuel López Obrador en el ámbito educativo. Rafael Ochoa Guzmán, exsecretario del SNTE es otro de los importantes alfiles en el tablero de la política de la maestra.
Sin dejar a un lado el trabajo electoral de su nieto, René Fujiwara Montelongo, quien se ha visto bien en las Redes progresistas en apoyo a AMLO.
Además, si sumamos que Esteban Moctezuma Barragán, político joven cercano a la maestra Gordillo, es otro de los hombres fuertes de AMLO. Considerado por el tabasqueño para ocupar la Secretaría de Educación en caso de ganar la presidencia; se puede decir con toda certeza que la maestra Gordillo comienza recobrar poder de maniobra.
No por algo los focos rojos se prendieron en Los Pinos; la jugada de tres bandas que tenían planeadas los sesudos encargados de la campaña electoral de Meade, no salió como esperaban. El apoyo de Nueva Alianza al PRI y la mudanza de la cárcel a un lujoso departamento en Polanco, les ha salido muy caro a los dirigentes tricolores. Los priistas, subestimaron la capacidad y el poder de una mujer que conoce en toda su amplitud los recovecos del sistema político mexicano.
Así que la dirigencia del SNTE, no la tiene del todo segura, los miles de maestros inconformes, regados en las escuelas de todo el territorio nacional, se preparan para contrarrestar el trabajo electoral del partido turquesa, y tenga por seguro, que el voto de castigo estar presente el 1 de julio, y no precisamente a favor de los candidatos que el traidor Juan Díaz de la Torre, estará apoyando. Y como dijo el camello, hay mucho desierto.
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