Cuando el Gobierno estatal obligó a miles de maestros a evaluarse, el sujeto encargado de “conminar” a los docentes fue precisamente Gonzales Meza. Ahora se comprende la brutal arremetida contra los maestros en las afueras del gimnasio Omega y en Boca del Río, donde las imágenes mostraban a maestras humilladas y asustadas por los cascos de los caballos, donde maestros eran golpeados por sujetos a rape con una malicia desmedida.
Ahora que está frente a la justica, y que es acusado por su participación en desapariciones forzosas, este señor se dice inocente. El responsable de la agresión en contra de maestros jubilados y en contra de las agresiones sufridas por docentes en las pasadas evaluaciones magisteriales se dice víctima del sistema. Ya no hincha el pecho, ya no se muestra amenazante, como cuando le dijo a un reportero «te estoy viendo»; ahora este sujeto tiembla como corderito asustado. Bien reza el dicho que «Dios tarda pero no olvida».