Virginia Durán Campollo / Es necesario frenar de manera definitiva, a los partidos políticos nacionales en sus usos y costumbres electoreras. No se acaba de entender, por principio, esas precampañas de candidatos únicos dirigidos a sus militantes. El gasto es tremendo, mermando dolosamente al erario. Son miles de millones de pesos utilizados en propaganda, sobre todo la destinada a medios de comunicación masivos. La operatividad, que incluso algunos necesitan apoyo extranjero en las ideas, creatividad que se pagan en dólares. Si un partido de 3 en alianza- como hoy se conforman- tiene ya su candidato para que tanto show. Ya eligieron al representativo y las bases los conocen bien y aceptan a los designados. Podríamos dejar a los partidos políticos sus destinos, cuando se mantuvieran por sí mismos. Sin embargo cuestan a la nación estos sectores, que no tienen la menor intención de reformar sus modos. Tan desprestigiados que unos prefieren alejarse de las siglas, para que se crea son candidatos ciudadanos lo cual ni sus familiares más cercanos les creen.
*** Aunque nos lo pinten de otro modo, México es un país de grandes necesidades. Nuestros gastos se elevaron al 40% y la canasta básica se tuvo que suprimir en millones de hogares. Hay hambre y sed de justicia, diría Colosio. Los gobernantes solo miran los números optimistas y aceptan lo que les complace. Toda esa fauna nociva que les rodea, coopta, succiona se encarga de mostrar un mundo feliz, cuando es lo contrario. Por ello los ciudadanos debemos buscar las formas, los cauces para que se escuchen nuestros deseos. No se puede ser más complaciente con esta élite del esplendor, cuando la mayoría carece de lo estricto. Una bonanza que avergüenza, frente a una miseria que ahoga. Tan podrido que hasta las supuestas instituciones electorales asignadas para dar certeza, crean incertidumbre.
*** “Abundan signos de que, en su configuración actual, el Estado mexicano ha perdido la capacidad para mejorar el bienestar de los mexicanos de manera continua. Con frecuencia, el debate se plantea al revés: se ponen las necesidades del Estado por delante de las de los ciudadanos, de las personas, de los mexicanos. Paradójicamente, el Estado que se vino desarrollando en México desde las primeras décadas del siglo pasado es débil y obeso. En muchos aspectos representan una pesada carga para la ciudadanía. Parecería que la concepción no es que el Estado sirva al ciudadano, sino que el ciudadano se subordine a los intereses del Estado. Eso no puede continuar.”, reflexiona Jesús Reyes Heroles hijo.
*** Tal vez la ley de los humanos nunca llegue a los depredadores, pero la divina alcanza incluso en lo que más puede doler. El pragmatismo de los infractores, no les permite ver.
*** El candidato panista veracruzano a gobernador, Miguel Ángel Yunes Márquez es el único que reiteradamente se manifiesta en contra de las precampañas, con sólidos argumentos. Bien.
***Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.
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