Ya vimos que Andrés Manuel López Obrador no sólo se pelea con los periodistas de Veracruz, a quienes los insulta diciendo que Yunes Linares los maicea dándoles «maíz con gorgojo». AMLO se pelea también con intelectuales y periodistas a los que acusa de ser «profundamente conservadores» y de ser parte de la «mafia del poder».
Después de que Jesús Silva-Herzog se refiriera a él en su más reciente artículo, AMLO le reviró vía Twitter: «Hace tiempo que Jesús Silva-Herzog Márquez me cuestiona con conjeturas de toda índole. Hoy, en el periódico Reforma, me acusa sin motivo de oportunista. Ni modo, son tiempos de enfrentar a la mafia del poder, a sus secuaces y articulistas conservadores con apariencia de liberales».
El problema es que Enrique Krauze también quiso meter su cuchara y el pleito se hizo más grande; AMLO reviró a Krauze: «Enrique Krauze: en buena lid y con todo respeto, tú también eres de aquellos profundamente conservadores y que simulan, con apariencia de liberales. Y por supuesto que acepto la crítica y respeto el derecho a disentir». López Obrador no está del todo equivocado con estos pseudointelectuales, pero contestarles es como patear el portón del perro que te ladra, nunca se calla con eso.
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