Ya se enteró usted de que al señor administrador no le importa respetar los derechos de quienes trabajaron en la administración pasada, no le importa que los empleados despedidos, de mala manera, vaya a exigir sus derechos y lleguen hasta las juntas de conciliación y arbitraje, donde, por cierto, los que en mayoría salen perdiendo son los empleadores.
Si no le importa meter en esos problemas al alcalde de Xalapa, mucho menos le importa que los trabajadores de CMAS le tomen la dependencia, como sucedió en Coatzacoalcos, un municipio curiosamente gobernado por Morena. ¿Pues qué traen en la cabeza los que proclamaban que eran «la esperanza de México»? Cualquier cosa, menos cerebro.