El lastre y desprestigio del partido que lo postula es muy pesado; la asociación con el presidente Peña Nieto, en lugar de acercarle votos y simpatías, sucede todo lo contrario. En cambio, el morenista sigue imparable. La mayoría de las casas encuestadoras colocan al tabasqueño en punta de las preferencias electorales, muy arriba del PRI, y el segundo lugar se lo dejan a Ricardo Anaya y su híbrida coalición.
Por otro lado, no se debe olvidar que el exjefe de Gobierno capitalino lleva 12 años de campaña ininterrumpida. Sus seguidores están plenamente identificados, ellos son su voto duro. AMLO ha dado pasos significativos; ya presentó a los integrantes de su gabinete y además, ya definió sus 10 propuestas principales de gobierno. Meade Kuribreña aún no lo hace. El panorama pinta muy negro para el priista que no lo es y, desgraciadamente para él, AMLO sigue imparable.