Luis Ortiz Ramírez /
A Claudio José San Juan, David Rubio, Omar Dolores Hernández, Angélica Huesca, Oswaldo Antonio González, Marisol Casao Morales, Juan Carlos Aguilar Quijano, Pilar Hernández, Jovita Martínez Ortega, a las bases del MMPV, a la CNTE Veracruz, y a los miles de maestros, y maestras anónimos
Hoy, nuestros verdugos piden aplausos por su propuesta legislativa, hoy piden la anulación de algo que durante muchos años de lucha, un grupo de valientes maestros del sur del estado, de la heroica Orizaba, de Tantoyuca, del norte y del centro, ya se les habían adelantado. Desde antes de que detuvieran en prisión a la maestra Gordillo, se alzaron varias voces de alerta, sobre los efectos punitivos de la Reforma Educativa. Los líderes del SNTE, y sus satélites, se hicieron sordos, no escucharon la voz de descontento de las bases magisteriales.
Hoy los promotores de la anulación de la Evaluación Docente en Veracruz, olvidan que primero dieron la instrucción de protestar en todas las plazas del país, una protesta light en las redes sociales, a modo de medirle el agua a los camotes. Sin embargo, después del manotazo presidencial que llevo a la cárcel a la maestra, la cúpula sentista fue presa del miedo presidencial, se vieron obligados a cerrar filas alrededor del debilucho liderazgo de Juan Días de la Torre, el nuevo títere del poder federal.
Por esa razón, la petición de Juan Nicolás callejas Roldan, llega con cuatro años de retraso, esta petición en lugar de alegrar a los maestros disidentes, solo sirve para confirmar, que nunca estuvieron equivocados, que siempre tuvieron la razón al salir a protestar a las calles.
A Callejas Roldan y su equipo profesional de aduladores, se les olvida que durante esos cuatro años, la dignificación del magisterio se dio en las calles. Hoy el tiempo le dio la razón a la disidencia. Por eso, el magisterio no caerá nuevamente en la trampa, solo se necesita un poco de sentido común, para comprender que solo es una burda estrategia electoral.
La petición que hoy se hace en el pleno, solo se puede ver como una mera estrategia para ganar voluntades y simpatías. Que acaso creen que el magisterio no tiene memoria, o acaso creen que ya se olvidó, cuando el difunto líder desde el palacio legislativo, daba su venía a Javier Duarte para golpear a los maestros, frente al palacio de gobierno. O cuando permitieron que unos pelones grotescos golpearan a las maestras y maestros, mientras la policía montada amedrentaba a un grupo de mujeres en Boca del Rio, donde se iba a evaluar a los maestros.
O cuando en los alrededores del Gimnasio Omega, las maestras fueron sacadas a fuerza de los restaurantes y hoteles para obligarlas a presentar su examen de evaluación.
Sr. Diputado con licencia, Juan Nicolás Callejas, qué fácil es defender a los maestros poniendo el pandero en la curul, o leyendo un discurso desde el atril, con el beneplácito de los subalternos alquilados. No señor, nadie le cree que ahora se ponga usted el uniforme del chapulín colorado, y salga a dar de golpes a la evaluación docente con su chipote chillón. Eso que está usted pidiendo ahora desde la máxima tribuna del Estado de Veracruz, lo hubiera hecho hace 4 años, y se hubiera ganado el respeto de todos; tenga la seguridad que tendría nuestro apoyo para cualquier aventura política que se le presentara. Le puedo garantizar que solo encontrara el rechazo de miles de maestros, que al verlo pidiéndole el apoyo para sus pretensiones, será como echarle sal a una herida que poco a poco se ha ido cerrando.
Por cierto, quien sabe con qué cara Gaudencio Hernández Burgos, y Fernando Baños, pedirán el voto para ser diputados, si ellos mismos saben que traicionaron a las bases magisteriales, avalando la Reforma Educativa, con su silencio sepulcral.
Como dice la canción, “el tiempo es justiciero y vengador”, y este pone en su lugar a cada uno. Hoy, los brigadistas, los disidentes, los revoltosos, los “flojos,” teníamos razón. Durante ese tiempo los maestros inconformes, fuimos blanco especial de críticas, denostaciones, y difamaciones. Hoy el tiempo nos dio la razón.
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