El audio que publicara Libertad bajo Palabra, donde se escucha a una trabajadora de CMAS preguntando sobre el pago de su quincena, dado que ha estado yendo a laborar (checó entrada y salida desde el 31 de diciembre hasta el 16 de enero) es una muestra de cómo algunos funcionarios públicos, una vez que tienen un poco de poder, se desnudan de sensibilidad, al tiempo que ignoran lo que es la dignidad y el respeto que merece una persona, un ser humano que ha cumplido con sus obligaciones de manera puntual.
Si se tiene la difícil tarea de anunciar a un empleado que su contrato laboral queda rescindido, o si se tiene la penosa encomienda de avisar a cada empleado que va a ser despedido, lo menos que puede uno anteponer es el respeto, al tiempo que se debe cuidar la dignidad de la persona a la que se le va a dar la mala noticia. Esa persona, a la que se despide, se queda sin ingresos para llevar a su casa; esa persona tendrá en adelante que lidiar con una difícil crisis en un país donde el empleo escasea.
El trato que da Jorge Alberto Moctezuma a la emplead que despide es por demás inhumano; ¿no entiendo cómo es qué algunas personas que escucharon el tono, las palabras, la prepotencia del tipo y su indolencia todavía se atrevan a defenderlo? Ese funcionario, si tuviera dignidad Hipólito Rodríguez, debería ser despedido inmediatamente, de todos modos, sólo pidió licencia en el trabajo que antes tenía.
Comentarios