Pero por estar buscando la mejor pose, el mejor gesto, la mejor sonrisa, el joven indio es arrollado por el tren. Al parecer el baboso joven no murió, pero si quedó con heridas graves y una multa por traspasar propiedad privada.
Estamos llegando al límite, viviendo en un mundo donde los likes son más importantes que la seguridad, donde la mejor pose nos muestra como mejores personas; un mundo de ilusiones que alimentan el ego de una generación vacía.