Tal parece que, en Morena, hay un letrero que dice: «Se recibe escombro y cascajo». El pragmatismo de Morena es una espada de dos filos, es un actuar sin pensar en las consecuencias a largo plazo, es seguir la tendencia a desentenderse de realidades que no encajan en su corta visión de las conveniencias momentáneas.
A AMLO le conviene sumar, pero no todo es lo que parece; la figura de un futbolista que no conoce la (O) por lo redondo como candidato a una gubernatura, es un recordatorio maternal a todos los militantes morenistas de carrera, que ven opacado su derecho a ser candidatos por un exfutbolista oportunista que se vale de un populismo recalcitrante con las clases más jodidas del país.
Por otro lado, la inclusión de Gabriela Cuevas, supuesta familiar de la esposa de José Antonio Meade, una mujer intolerante que se caracterizó por atacar con fiereza a AMLO. La misma que pagó la fianza cuando el desafuero: una antilopezobradorista intolerante que criticaba a AMLO y no lo bajaba de mentiroso, loco y enfermo de poder; a partir de la semana pasada ocupará un lugar privilegiado en las filas del partido que representa «la esperanza de México». Gracias al pragmatismo de ya sabes quién.
Comentarios