Si el Gobierno del estado quiere que la ciudadanía participe haciendo denuncias y proporcionando datos que ayuden a atrapar a los delincuentes, primero tiene que dar garantías de confidencialidad. El monto que se ofrece puede ser atractivo y puede motivar a que personas que tengan información fidedigna acudan a dar informes precisos sobre dónde se puede capturar a los criminales buscados.
Sin embargo, a los veracruzanos todavía no les olvida lo que les pasó a algunas personas que denunciaron a los criminales en tiempos de Fidel Herrera y de Javier Duarte. Un ejemplo muy conocido es el de una mujer de la colonia Progreso, que se dio cuenta de quienes fueron a sacar de su casa a uno de sus vecinos. La mujer hizo la denuncia de inmediato a la Secretaría de Seguridad Pública. El resultado fue trágico.
La mujer amaneció al día siguiente embolsada en una de las esquinas de su cuadra, con un mensaje que advertía que eso le iba a suceder a los soplones. ¿Qué garantía hay de que eso no va a suceder a quienes denuncien ahora? El dinero que ofrecen no va a servir de nada, si hay filtraciones en la SSP y eso pone en riesgo al informante.
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