A él se le atribuyen las bardas a favor de López Obrador, pintadas en Venezuela. El sujeto se vale de la mentira, de la infamia, del delito, para engañar a los electores, creando un perfil falso de algún candidato.
Se le ha vinculado con grupos del narcotráfico, pero independientemente de ello, el hecho de que tenga la osadía de declarar, siendo extranjero, que puede inmiscuirse en una elección que no es de su país, sólo muestra el permiso que le brindan las autoridades electorales y la justicia mexicana, las cuales no le han puesto un “hasta aquí”. Sin embargo, ser vil y deshonesto en un país donde el gobierno se lo permite, no tiene ningún mérito. J. J. Rendón sólo presume su falta de ética, su deshonestidad y su cretinismo.