Pero Osorio pasó por alto un detalle importante, él era empleado de Peña Nieto, cuando mucho aliado, pero en honor a la verdad, Osorio Chong no era amigo del presidente como sí lo era Luis Videgaray, Aurelio Nuño y ahora José Antonio Meade. Muy tarde se dio cuenta el hidalguense que la jugada no era con él, aunque disciplinado aceptó la decisión del presidente sin hacer aspavientos.
Esa disciplina será bien recompensada pues él, a diferencia de otros funcionarios, ya tiene asegurado un escaño en la Cámara de Senadores; en su mensaje de despedida vía Twitter lo deja ver: «Amo y me debo a México. Y seguiré trabajando por este gran país convencido de que la buena política, la del diálogo y los acuerdos, es la herramienta para que a México le vaya cada vez mejor».