Las actuaciones de los jóvenes son creíbles, aunque demasiado complicadas. Las situaciones en las que se ven envueltos resultan un tanto inverosímiles, aunque el contexto las vuelve más livianas. James, interpretado por Alex Lawther, va mermando en sus intenciones de asesinar a Alyssa, interpretada por Jessica Barden, e incluso termina por protegerla.
No obstante que la serie de ocho capítulos entretiene y por momentos mantiene en vilo al espectador, sí requiere de ciertos ajustes en los tiempos para que los momentos dramáticos no se pierdan en un romanticismo oscuro y a ratos risible. Se espera una segunda temporada, que esperamos ajuste esos detalles.