Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. Al menos el 70 por ciento de los músicos está desempleado. Se trata de una crisis nunca antes presentada.
Hasta el momento no se ha efectuado un estudio para conocer el número exacto de personas que se encuentran en esa situación.
Sin embargo, esta profesión está amenazada en la entidad. Se cree que a consecuencia de las difíciles condiciones financieras registradas durante este 2017.
Se calcula que de 800 músicos, el 70 por ciento no logra conseguir empleo en su materia.
Así lo ha manifestado el director de la Orquesta Sinfonietta Veracruzana, Ricardo Martínez.
«Debajo de cada piedra hay un músico, yo creo que un 70 por ciento estaría sin empleo», insiste.
Y es que han dejado de ser contratados para conciertos o presentaciones, ya sea en fiestas patronales o reuniones privadas.
Anteriormente, para los festejos navideños y de fin de año eran llamados, pero durante esta ocasión no fue así.
«No sé si exista un censo pero tal vez haya más de 800», considera el Director de la Orquesta Sinfonietta Veracruzana.
Lo anterior ha obligado a muchos a buscar empleo “de lo que sea posible”. En ocasiones, hasta conducen un taxi, para obtener ingresos y mantener a sus familias.
Ganan 200 en calle
Muchos músicos han acabado en las calles. Saben que el recurso económico adquirido en la informalidad resulta insuficiente; sin embargo, los motiva, toda vez que pueden continuar haciendo lo que más desean: tocar algún instrumento o cantar.
Son observados en el Centro Histórico de la capital del estado. Se plantan afuera de bancos, restaurantes u otros negocios; en el parque Benito Juárez y hasta en bajos de Palacio de Gobierno.
En el piso, colocan los estuches abiertos de sus instrumentos y reciben monedas de los transeúntes que los escuchan.
En días “buenos”, logran recaudar más de 200 pesos por las cuatro horas al día, en promedio, que tocan melodías o cantan para la gente.
La marimba ha sido tocada durante decenas de años en la misma zona. Los músicos cantan, bailan y ambientan las calles Xalapeños Ilustres y Juan de la Luz Enríquez.
La gente continúa dándoles monedas, pues ya es parte de una tradición escuchar esa música en el primer cuadro de la ciudad.
Han ocurrido conflictos entre artistas. Se pelean los espacios. Algunos se apropian de una esquina y otros pretenden desplazarlos.
Actualmente son tolerados por inspectores de la Subdirección de Comercio del ayuntamiento de Xalapa, área a cargo de Clorinda Ferral Ferrando.
Depuración
Sin embargo, en agosto de 2013, cuando el Édgar Portilla Salazar era director de Comercio, se pretendía retirar de las céntricas calles a vendedores ambulantes, limosneros, músicos, estatuas humanas y a todas las personas que desempeñaran cualquier actividad lucrativa.
Presuntamente, se daría cumplimiento al Reglamento Municipal para el Desarrollo Económico de Xalapa y acuerdos de Cabildo, donde se prohíbe el comercio en la vía pública.
El entonces funcionario municipal sentenció que quien realizara alguna actividad en el Centro Histórico y pidiera dinero a cambio, estaría violentando la ley y debiese ser acreedor a las sanciones correspondientes.
«Quienes cuenten con una boleta vigente y tengan el derecho activo tendremos que negociar con ellos para una reubicación; pero en el caso de los que fueron instalados por líderes desobligados o corruptos que otorgaron espacios sin autorización de la autoridad no podemos reconocer ningún lugar, tendrán que ser limpiados», advirtió en aquella ocasión.
Y es que solo las marimbas contaban con u convenio entre sindicatos y el ayuntamiento capitalino para que pudiesen tocar en el centro.
«Quien se encuentre inquieto o inconforme tiene las vías legales abiertas para poder denunciar o acusar a quienes crean conveniente, nosotros estamos aplicando la reglamentación y tenemos la exigencia de la ciudadanía para que se cumplan porque tenemos quejas de exceso de ruido en el centro histórico».
Algunos restauranteros o propietarios de otros negocios se quejaron de la presunta contaminación auditiva que ocasionaban los músicos.
Diversos grupos de artistas se organizaron y encabezaron ruedas de prensa para recordarle a las autoridades municipales que estaban violentando sus derechos con dichas determinaciones.
El ayuntamiento de Xalapa buscaba reubicarlos, con el propósito de que su música no fuera molesta para algunos empresarios o clientes.
Contrataciones caen 25%
Los músicos han padecido la falta de contrataciones para que puedan tocar, cantar y ganar dinero.
De acuerdo con el secretario General del Sindicato Único de Sonideros del Estado de Veracruz, Rigoberto Salas Hernández, éstas han disminuido hasta 25 por ciento en comparación con años anteriores.
A su juicio, también se ha incrementado la competencia y cada vez son menos las personas que solicitan sus servicios.
El problema se ha recrudecido con el paso de los años. Desde 2014, ha ido creciendo de manera notoria.
«Últimamente han surgido grupos pequeños que con solo dos bocinas hacen evento y eso es lo que perjudica».
Como sindicato, ha sido difícil la creación de estrategias para crecer y posicionarse nuevamente en el mercado musical.
La ola de violencia y la inseguridad también han contribuido a que los músicos tengan menos posibilidades de ser contratados, toda vez que la asistencia en conciertos ha disminuido de manera significativa por dicho motivo.
«Este año todo se vino para abajo por la economía tan precaria y si se le suma la violencia que se ha adentrado en todas las zonas se convierten en factores que terminan ahuyentando a los asistentes en los bailes», agrega Salas Hernández.
No les pagan
El gobierno de Javier Duarte de Ochoa fue el peor para el gremio musical. Fueron contratados, cumplieron con las presentaciones correspondientes y al final no les pagaron.
En agosto de 2016, último año del sexenio priista, los quejosos continuaban plantándose en Plaza Sebastián Lerdo de Tejada, para exigir a las autoridades que liquidaran los adeudos.
Un grupo de 30 músicos se plantó frente a Palacio de Gobierno con una lona, donde se leía: «Pague a los músicos Veracruzanos, como pagó a Ricky Martín, Luis Miguel, Los Tigres del Norte y los salseros».
De acuerdo con Carlos Ramírez Reyes, su representante, el gobierno priista les debía 11 millones 232 mil pesos por dos años de atraso en los pagos.
Sin embargo, las autoridades se negaban a dar la cara y otorgar una fecha de pago a los trabajadores, quienes habían tocado en eventos de gobierno, fiestas patronales y otros acontecimientos.
El gobierno mantenía adeudos con 11 organizaciones musicales por al menos 24 presentaciones.
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