Bien dice el dicho que, entre más alto esté el hombre, más dura será su caída. Eso es precisamente lo que pasó con este funcionario que se molestaba y profería amenazas cuando en los medios era mencionado y tazado con la misma regla que su jefe, el exgobernador.
Hoy Juan Antonio “N” está comprobado la ley de la retribución, tal vez en parte sea cierto que no se gastó toda la lana que le achacan, pero de algo sí es culpable es de haber visto cómo se dilapidaban los recursos de los más pobres desde las oficinas del DIF, y lo peor, nunca lo denunció; el exfuncionario se hizo de la vista gorda. La justicia lo ha alcanzado. Hoy Juan Antonio “N” llora su destino.
