Luis Ortiz Ramírez /
“No te guardo rencor, eres libre de ti, pero te pido un favor, que no hables bien ni mal de mí. Olvidarnos tú y yo, será mucho mejor, fácil es para ti, ya que tienes otro amor”. Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juanga.
Ahora que la maestra Gordillo se encuentra en la comodidad de su penthouse de Polanco, tal parece que se está echando sus gorgoritos, y en una de esas, está cantando la canción, “no te guardo rencor”, del queridísimo Juanga. No obstante conociendo los antecedentes y naturaleza de la maestra, Elba Esther Gordillo, no podemos imaginarnos, que no tenga una lista de las personas que la traicionaron. Seguramente en los dos primeros lugares, aparecerán el del presidente Enrique Peña Nieto, y el de Juan Díaz de la Torre, mandamás de SNTE.
Lo cierto es que el traslado de su condena, a una prisión domiciliaria le dará un poder de maniobra muy amplio a la “maestra”. Todo mundo sabe, que el maridaje entre el partido turquesa y el tricolor, es una relación de puro interés electoral, nadie se traga en cuento de que no hubo acuerdo entre el presidente, y la dirigencia de Nueva Alianza, para el traslado de la fundadora del partido magisterial. Por el momento, el actual presidente del SNTE, Juan Díaz de la Torre, prende sus veladoras para que en las próximas elecciones gane Morena y no le permita a la “maestra”, poder y maniobrabilidad para venir a cobras su pendientes, entre ellos, la traición del güero dirigente.
Y es que no fue poca cosa que el Gobierno Federal, a través de Osorio Chong, le pusiera una bien sincronizada celada para detenerla en el aeropuerto de Toluca. La agenda de la maestra estaba bien estudiada con semanas de anticipación. Y era bien sabido, que en la cúpula del poder donde se desenvolvía la maestra, sus movimientos eran celosamente guardados, estos solo los sabían sus familiares y su hijo putativo que, más tarde la traicionaría, Juan Díaz de la Torre.
Bien dijo el maestro Reyes Heroles, “en política nada está escrito, todo puede pasar”, y también añadió, esta es de “tiempo y circunstancia”. Hoy el tiempo está en contra del PRI, la clase media repudia las letales reformas, energética y hacendaria que impulsaron los diputados y senadores priistas, por orden del ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto; los casos de corrupción dentro de su gobierno y la impunidad como los ha manejado, les ha acarreado el repudio generalizado.
Además, el grueso de los maestros ha aceptado a regañadientes una reforma educativa que los ata y limita en sus derechos laborales. Por esa razón, el PRI, necesita de la estructura de Nueva Alianza, una maquinaria que supuestamente podría funcionar.
Aunque los métodos corporativos que en el pasado utilizo el PRI, hoy solo están colgados en el membrete. Hoy los mexicanos que se encuentran encapsulados en la CNC, CROC, CTM, SNTE, y otros; también se encuentran entre la desilusión y el desencanto de un gobierno fallido. Los campesinos nunca vieron llegar los benéficos directos al campo, los obreros nunca vieron un aumento salarial digno para poder comprar los artículos de la canasta básica, y para rematar, los maestros, fueron tratados como delincuentes y responsables directos de la crisis educativa nacional.
El PRI, y Nueva Alianza, son un símbolo de corrupción y de ambición desmedida para seguir conservando el poder. Su maridaje adulterino, no busca el bienestar de los mexicanos, este dúo solo busca seguir en la cúpula del poder, un lugar que les ha redituado jugosos dividendos. Y sino lo creen, pregúntenle a la “maestra” Elba Esther Gordillo, que mientras se toma su jugo verde, piensa en las facturas que cobrara en el futuro cercano. Claro, eso si gana el PRI, el partido que hoy se ha casado con el partido turquesa. Donde la mera dueña sigue siendo, Elba Esther Gordillo Morales.
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