Los senadores le están sacando filo las garras del león con la aprobación de la Ley de Seguridad Interior. Y es que esta ley no presentaría ningún problema si los antecedentes de las fuerzas armadas incluida, la Marina, fueran limpios. En México, el actuar del Ejército ha estado lleno de violaciones a los derechos humanos, especialmente en comunidades indígenas, donde los militares han violado a mujeres y, en muchos casos, les han quitado la vida.
Los militares han sido acusados de tortura, ejecución extrajudicial, desaparición forzada, así como retención ilegal y detención arbitraria por organizaciones de defensa de los derechos humanos. Solo como un mero ejemplo de las decenas de violaciones a los derechos humanos está el caso de las hermanas González Pérez, en el que tres hermanas indígenas tzeltales fueron detenidas arbitrariamente y víctimas de tortura sexual a manos de militares en 1994, esto en el estado de Chiapas.
El caso está ante la CIDH Informe Nº 53/01, CASO 11.565, ANA, BEATRIZ Y CELIA GONZÁLEZ PÉREZ vs. MÉXICO, emitido el 4 de abril de 2001. Por qué cree usted que altos comisionados de la ONU se oponen a la aprobación de esta ley. Como decían las abuelas, «la mula no era arisca, solo repara por los palos que le han dado».
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