En días pasados, Luis Alberto de Meneses Weyll, jefe en México de la constructora brasileña Odebrecht, reveló haber sobornado al exdirector de Pemex con cuatro millones de dólares. La acusación es seria y lo que preocupa es que Lozoya en esos momentos era coordinador del área internacional de la campaña presidencial de Peña Nieto.
Por esa razón, llama la atención el silencio sepulcral de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, (FEPADE) sobre este asunto. El Gobierno Federal no sólo debe de castigar a la constructora, sino también a los funcionarios mexicanos que se prestaron al soborno.