Mussio Cárdenas Arellano /
* Les quita a la diputada por Mina * Rocío Nahle pierde el control * Su comadre la bateó * AMLO: amnistía al crimen organizado * Sus enemigos dirán que el narco lo financia * Meade va por el fraude * Caballero inaugura calle sin drenaje * CAEV: los yunistas, peores que Chagra * ¿Cuánto se desvió para la campaña de Fernando?
Entre fiestas y lisonjas, July Sheridan se fue dejando querer. Sentía el cortejo del yunismo, la vibra azul, el llamado a dejar Morena y vivir la jauja del poder. Y un día finalmente se fue.
Arrendada, prestada, comprada, la diputada local por el distrito de Minatitlán dejó el proyecto alternativo de nación, el mesianismo pejista, el alarde del que secundando a Andrés Manuel López Obrador acusa a sus adversarios de ser la mafia del poder y pasó de tajo y sin rubor a las filas del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Renunció a la fracción parlamentaria de Morena, el viernes 1. Se fue con un discurso mal leído, frágil, estéril, sin fuerza, deslizando que lo suyo obedece a la dignidad, al reclamo ante la cerrazón, al hartazgo que provoca que el pejepartido sólo se escuche, se atienda, se acate la voz de su dueño, el Peje López Obrador.
Algo tarde, un año después, le cayó el veinte.
Antes fue contestataria y ruda, tajante con el panismo y peor con los Yunes, increpando desde el Congreso el día en que el gobernador de Veracruz arrancó su mandato, en sus manos la manta con que los diputados del pejepartido exigían seguridad.
July Sheridan es políticamente mediocre. No hila una frase coherente. No proyecta nada.
Sus días de candidata fueron de antología. Sus spots se veían editados, con múltiples cortes, advirtiendo la dificultad para desarrollar un discurso coherente, tres palabras en fila.
Sus arengas eran, eso sí, al estilo de Morena, duro contra la mafia en el poder, el PAN-PRD que son igual de corruptos que el PRI y los periodistas.
Antes de la elección alardeaba:
“No los defraudaré. Tengo convicción, educación, vocación de servicio. Las denostaciones y la guerra sucia no mancharán ni mi carrera ni mucho menos mi persona. Me da pena y lástima la gente que se vende y que a costa de lo que sea hacen declaraciones estúpidas. Jamás he amenazado a alguien y jamás lo haré. Las personas desquiciadas solitas se ponen la soga al cuello y acaban matándose. Es lo malo de no pensar antes de abrir el HOCICO”.
Y al final los defraudó.
Sin arraigo ni labor social, sin feeling en la izquierda, Miriam Judith González Sheridan, su nombre real, fue una candidata impuesta por Rocío Nahle García, su comadre política, la coordinadora de Morena en la Cámara de Diputados cuyo control en el sur se va fracturando.
July Sheridan ganó la diputación por el voto de castigo, el repudio a Javier Duarte, el resentimiento social por el saqueo y la ola de violencia, y por el posicionamiento del Andrés Manuel López Obrador entre el electorado del sur de Veracruz. La arrastró el efecto Peje.
Su paso por el Congreso es demencial. Un día se convirtió en la diputada dormilona, pillada mientras pestañeaba en su curul. Captada por la lente de los reporteros gráficos, viralizada en las redes sociales, July ya no fue una más del montón.
Hoy dice que no, que es una diputada productiva, que ahí están sus cifras, sus iniciativas, sus proposiciones con punto de acuerdo, su trabajo legislativo. Y que a cambio, cuando deseaba proponer algo más, veía la cerrazón.
Denuncia lo que ya antes Eva Cadena Sandoval reveló: la aportación de los diputados de Morena al proyecto de universidades públicas de López Obrador es una farsa.
Se duele que haya sido su asistencia al evento en que el gobernador arrancó los trabajos de la reconstrucción de la autopista Coatzacoalcos-Minatitlán, los elogios de Yunes, destacando su insistencia y necedad para reparar esa vía, lo que detonó su rompimiento con Morena.
Sí y no. Fue eso y la difusión de una fotografía en que se le ve con Yunes Linares en un avión, presuntamente oficial, una selfie letal. Sonríe july y sonríe Yunes. Y quien activa la cámara es July Sheridan.
Era el preludio de su salida de la fracción parlamentaria de Morena, que así pasa de 13 a 11 diputados, tras la salida de Sebastián Reyes Arellano y ahora de la legisladora por Minatitlán. Eva Cadena fue separada y su lugar lo ocupa su suplente, Águeda Salgado.
De su renuncia a la fracción parlamentaria de Morena, su posible inclusión en el PAN, hay frases para los bronces:
“En Morena hay una gran incongruencia, pues en público tiene un discurso y en privado actúan distinto.
“Al interior del partido no puede pensar diferente al líder nacional Andrés Manuel López Obrador, pues eso es motivo de expulsión. Persiste la amenaza”.
Acusó que se le impuso una mordaza y se le impidió tocar puertas para pedir apoyo para el distrito de Minatitlán ante los gobiernos estatal y federal.
“Me voy de Morena —apunta— porque sólo cuentan una historia en blanco y negro. Yo creo que Veracruz merece lo mejor sin importar los partidos políticos, los colores, y una sola ideología”.
En Morena —resumió— mientras se exige transparencia, se actúa con opacidad de los recursos que usa la fracción y no tiene una agenda social que dé respuesta a la problemática social de los veracruzanos. Tiene una agenda política”.
“El partido está alejado de los verdaderos intereses de los veracruzanos. Estamos alejados de los verdaderos intereses de los veracruzanos que deben ser el fomento a la educación, desarrollo social, salud y seguridad pública, entre otros. Hoy Morena se presta a decisiones unilaterales que le impiden desarrollar sus actividades legislativas y de gestión de la mejor manera”.
Y una más:
“López Obrador mantiene el control sobre la agenda social al contener el análisis y viabilidad de temas de beneficio colectivo. Las acciones de un legislador deben ser para responder a la confianza de la gente que le otorgó su voto y no para impulsar la agenda de trabajo del líder nacional”.
Su perorata es frágil. En tiempos de campaña acusaba a sus críticos con lenguaje soez. Y sus fans igual. Rasposos, sin clase, usaban la descalificación y el reproche. Eran vendidos los que solían desempolvar las tretas de July Sheridan.
Días después de ganar la elección, 16 junio de 2016, escribió en su Facebook:
“Lamento mucho que todavía existan seudo-periodistas que se presten $$$ a atacarme con insultos y denotaciones sin fundamento”.
Agregó:
“Más de 26 mil personas que votaron por mí y por mi partido, más todos los votos que nos han robado le callan la boca a toda esa bola de corruptos vendidos, aclaro: Jamás he pagado prensa y ni pagaré para que hablen bonito de mí”.
Eran los días en que los votos le llegaban desde un sector de la sociedad y también desde las filas del sindicato petrolero. Con el sello de Saúl Wade, entonces tesorero municipal, alcalde real de Minatitlán, se operó el voto priista a favor de Morena, golpeando al candidato del PRI, Ricardo Orozco Alor, cacique del Instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos, por ser una amenaza potencial al proyecto político del Clan Wade.
Tiene ya Yunes un voto moreno en Minatitlán. Sólo uno. Sólo el voto de July Sheridan.
No la siguen los morenistas que están casados con el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, menos los que vieron con recelo a una legisladora ajena a su electorado. Peor: una diputada potencialmente traidora.
Inventada políticamente, llevada de la mano por Rocío Nahle, hoy es un lastre. Sin pensarlo mucho, bateó a su mentora.
Sonriente, complacida, no ocultaba su agrado de ser compañera de viaje del gobernador Yunes, el enemigo más frontal de Andrés Manuel López Obrador, el que lo acusa de desquiciado y le cierra el paso cada que el amo de Morena llega a Veracruz.
Con July Sheridan cerca de Yunes, la guerra apenas comienza.
Archivo muerto
Desde el Olimpo, el Dios Peje anuncia amnistía para los capos y sus sicarios. O sea, IM-PU-NI-DAD. Cimbra Andrés Manuel López Obrador a México al plantear su solución a la violencia y al baño de sangre. Para el crimen organizado, suelta AMLO, amnistía. “Lo estoy analizando para garantizar la paz”, resume el dueño de su partido Morena. Su galimatías lo exhibe con un buen de ignorancia. Dice que es perdón sin olvidar. Es decir, amnistía sin olvido. No sabe lo que dice. Amnistía viene del griego amnestia y amnestia es olvido. Y la jerga política es olvido mutuo. Así, cuenta el Peje, se restablecerá la paz. Nada más torpe. En la Colombia de los 90 se cayó en esa trampa y el costo fue peor. Atribulados por la violencia, el terrorismo, la muerte de miles de inocentes, secuestros de figuras de la política, el empresariado, el espectáculo, la clase política colombiana concedió anular la extradición de los capos, y el presidente César Gaviria pactó el encarcelamiento del mayor narco colombiano, Pablo Escobar. Aquello fue una simulación. Desde la cárcel llamada La Catedral, que él mismo se mandó construir, Escobar siguió traficando y matando. Luego se fugó, fue cazado y ejecutado por el ejército. Las amnistías dejan heridas, abren otras, profundizan unas más. Reirán los capos y sus matones; llorarán las madres y los hermanos de los desaparecidos y los torturados. Andarán libres los criminales y se burlarán de la ley; crecerá el rencor, la ira, la frustración de quien padeció secuestro y extorsión. Así tengan las manos manchadas de sangre, la Ley AMLO los dejará ir. Otra cosa no sabe López Obrador. Según la la jurisprudencia internacional, no puede decretarse amnistía para olvidar violaciones a los derechos humanos. Y la violencia de la delincuencia organizada en México los viola a diario. Qué desastrosa declaración del Peje. Sus enemigos dirán que su campaña de cinco años ha sido sufragada con dinero del narco… Meade y el PRI no van por los votos. Van por el fraude electoral y el asalto, una vez más, al poder. Un dedazo, el de Peña Nieto, infla a José Antonio Meade Kuribreña, queriendo insertarlo en una contienda que de antemano está perdida. Meade y el PRI carecen de oferta política, de argumento que matice el repudio social, de la ira de los que sufren la represión y el olvido. Meade no es militante del PRI pero como si lo fuera; es militante del sistema que enarbola la desigualdad, que despoja al que tiene poco y enriquece al que todo se le da. A partir de ahí, su candidatura a la Presidencia de México es un fiasco. Meade trae a la memoria los 60 millones de pobres, los salarios de hambre, el gasolinazo, el México del agravio al que por un programa social debe entregar su voto al que lo oprime y lo jode. Presume Meade que es culpable de tener finanzas sanas en México. ¿De qué país habla?, le responden sus críticos. No lo eligen los priístas. Lo impone el presidente Enrique Peña Nieto. O lo manda al matadero. Lo acuerpan los ex presidentes del PRI como si la bendición de los manchados sirviera para exorcizar sus demonios. Roberto Madrazo, Don Beltrone, Beatriz Paredes, Ignacio Pichardo, Roque Villanueva y muchos otros representan lo peor que emanado del poder, acusados de todo, de la treta y engaño, del robo a las arcas públicas, de violentar la voluntad del pueblo en las urnas. Concluye su farsa la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, que se la pasó simulando que sin democracia haría crujir a la clase en el poder. Reunió un millón de firmas de apoyo a la democracia interna y luego se plegó al dedazo. Sólo EPN, Meade, Videgaray, Salinas y el resto de la banda se imaginan bien vistos por el pueblo. Frente al Peje López Obrador, Meade es nada. Ante quien surja del Frente Ciudadano por México, Meade será barrido en la elección del 1 de julio de 2018… Algo pasó y la magna obra en Playa de Oro simplemente valió. Unas horas de júbilo, de cohetes y fanfarrias, y los vecinos de la calle Mirador reaccionaron al engaño. La obra, inaugurada el viernes 1 por el alcalde Joaquín Caballero y su cabildo, carece de drenaje o lo tiene y no funciona. Según un informe interno, el contratista encargado de la obra la realizó así, con una pendiente hacia la calle Álamo; no la dirigió hacia el malecón costero. Hay malestar entre los vecinos que saben en cuanto se generalicen las lluvias aquello será una laguna fenomenal. Acudieron a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento pidiendo que sus descargas sanitarias pudieran conectarse al cárcamo aledaño al estacionamiento de la Mega Comercial, que no funciona, pero CMAS les respondió que su asunto lo tiene que resolver Obras Públicas Municipales. Y como el joaquinismo ya se va, ahí le deja la bomba de tiempo a Morena, que a partir del 1 de enero de 2018 gobernará Coatzacoalcos… Peor que Chagra, que Mijangos, que Tony Macías en CAEV, el yunismo azul. Atracan y roban y el sistema de agua es un caos, un desastre financiero, proliferando los negocios y volviendo a ser la caja chica de los tiempos de Fidel Herrera y Javier Duarte, los ex gobernadores priistas que sumieron a Veracruz en la debacle. Súbitamente, tras la elección municipal de junio pasado, las de alcalde, llegaron las vacas flacas. Les cayó la insolvencia, la falta de recursos, el desplome de la captación de pagos. ¿Pues de cuanto fue el envío de remesas a la campaña de Fernando Yunes en el puerto de Veracruz? ¿Cinco millones o más? Ojo Morena. Se fue Rafael Abreu y su pandilla. Se fueron Ursúa y Félix López. Llegaron los lemarroyeros, Wilburn y Castillo Pirrón, y le aplicaron la reducción de salarios al personal de confianza, homologando con los sueldos del sistema CAEV. Algunas de las edecanes se esfumaron y otras siguen ahí. Algunos de los pistoleros continúan en nómina pero cuidan a sus amos fuera de CMAS. Otras veces andan en los patios de la dependencia, actuando como guardias blancas, las autodefensas del yunismo azul. ¿Sabrá el Ejército que en CAEV la casta panista porta armas sin estar adscritos a ninguna corporación y si lo están, cuál es, acaso el IPAX como el padre y los hermanos del senador Héctor Yunes Landa? Hay, por cierto, una nueva edecán, adscrita como secretaria, rubia, de ojos verdes, por el que todo el personal tira la baba. Así se optimizan los recursos en la quebrada CAEV. Y esos son los que alardeaban que representaban el cambio…
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