Es cierto que, entre amigos, camaradas, cuates o como quiera usted llamarle, debe de existir lealtad, una virtud que caracteriza a una verdadera amistad. Sin embargo, se corre el riesgo de confundir la lealtad verdadera con una falsa lealtad, cuando esto sucede, uno de los amigos, puede llegar a ser cómplice de la otra persona, eso es muy común en la política. Como ejemplo, en Veracruz tenemos el caso de Fidel Herrera y Javier Duarte, mutuamente fueron cómplices, confundieron la lealtad con el solapamiento que da una falsa lealtad.
Por esa razón es que llama la atención la petición que hace José Antonio Meade Kuribreña a los comités directivos de los estados; el recién estrenado precandidato a la candidatura presidencial por el PRI pidió el apoyo a los priistas de todo México para ser candidato y defender a Enrique Peña Nieto porque está salvando al país.
¡Hágame usted el pinche favor!, cómo se le ocurre llamar salvador de México a Peña Nieto. Sería bueno que le preguntaran a los más de 70 millones de pobres si ven al presidente como un verdadero salvador. Si así va a comenzar su precampaña, tenga la certeza que no llegará muy lejos. Que el exsecretario de Hacienda recuerde que lo escogieron como candidato presidencial, porque nadie quiere relacionarlo con el PRI ni con el presidente Peña.
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