Rafael Pérez Cárdenas / De resultar cierto, la actitud del Fiscal Jorge Winckler frente al asesinato de la fiscal especial en delitos contra la libertad y la seguridad sexual y contra la familia en Pánuco, Yendi Guadalupe Torres, es una verdadera infamia. No sólo ofende el silencio y la indiferencia ante la ejecución, sino su actitud frívola e irresponsable.
Algunos reporteros que comparten grupos y redes sociales con el titular de la FGE, habrían dicho que al tiempo que se conocía de la muerte de la joven funcionaria, el Fiscal se dedicaba a parlotear y bromear de manera superficial, de la misma forma irresponsable que acostumbra hacerlo frente a la crisis de seguridad que vive el estado.
La información corrió rápidamente en redes. Ahí, frente a su oficina –la que se encarga precisamente de procurar justicia-, la fiscal especial había sido asesinada con total impunidad, a plena luz del día. Cuando los reporteros cuestionaron por las redes al fiscal, aprovechando su inaudito rato de buen humor, la respuesta fue el silencio.
Otra vez tuvo que salir el gobernador a fungir como vocero de la Fiscalía. Sólo que esta vez, al no tener a quien echarle la culpa del homicidio, dijo que no daría detalles de la investigación –como sí lo hizo de la muerte del alcalde de Ixhuatlán de Madero, a quien incriminó de hacer tratos con delincuentes- pero que la muerte no tendría relación con su trabajo. ¿Acaso piensa incriminarla también por asuntos de su vida privada?
Lo cierto es que el homicidio fue en evento de alcance nacional. Como el propio Yunes decía en su vociferante campaña en busca de la Gubernatura, seguimos siendo la nota roja de los noticieros de todo el país. Tampoco en eso hemos cambiado. Así, mientras Winckler atesoraba su silencio, muchas voces se sumaron a la condena.
La primera, la de mayor peso, tal vez la más importante, fue la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, quien calificó como “detestable” el crimen de la funcionaria de la Fiscalía General del Estado y dijo que el hecho atenta contra el sistema de justicia y la protección a mujeres y niñas.
Bajo los hashtag #QuiénDefiendeALosDefensores #RompeElSilencio, la representante del gobierno de Estados Unidos dijo que la muerte de la Fiscal pone en evidencia la vulnerabilidad de funcionarios mexicanos. “Detestable asesinato de la fiscal Torres Castellanos en Pánuco evidencia enormes sacrificios que hacen funcionarios mexicanos por defender a los + vulnerables. Atenta contra el sistema de justicia y la protección a mujeres y niñas. #QuiénDefiendeALosDefensores #RompeElSilencio”, expuso.
No sería extraño que en la siguiente alerta, los Estados Unidos nos vuelvan a poner como un lugar de alto riesgo para sus connacionales, algo que no preocupa a otro locuaz secretario, Leopoldo Domínguez Armegual, quien se tiró la puntada de decir que si la violencia ahuyentara al turismo, Nueva York y Miami estarían vacías. La incontinencia verbal es contagiosa.
La segunda manifestación de indignación y solidaridad con Yendi provino precisamente de las integrantes de la Red de Mujeres Feministas de Veracruz (REMUFEVER), quienes firmaron una carta abierta en la que aseguran que además de ser un acto de violencia, es una agresión directa a la justicia y al derecho de las víctimas a acceder a la protección de las instituciones.
“Lamentamos la pérdida de la vida de una mujer como Yendi Guadalupe Torres y exigimos que se haga justicia en su caso, así como en el de miles más que han sido víctimas de homicidio o de feminicidio solo por ser mujeres”, se lee en el desplegado. Además, pidieron al infame Winckler el esclarecimiento de este crimen, sin caer en la revictimización de quien, en los hechos, era su compañera de trabajo.
De sus expresiones se desprenden al menos dos puntos a considerar: la primera es que este tipo de organizaciones son una fuerte medida de presión para los fiscales. El reconocimiento que hacen de Yendi habla de que se trataba de una funcionaria eficaz y reconocida, aunque el Gobernador Miguel Ángel Yunes intente dejar abierta la puerta de la duda sobre los motivos que pudieron motivar a sus asesinos. El segundo punto es evitar la revictimización, algo que al perecer ya se convirtió en algo cotidiano para la Fiscalía.
Durante tres días, el estado de Veracruz ha vivido una de sus jornadas más violentas en el presente año con el asesinato de 27 personas, entre ellas un alcalde y cuerpos desmembrados, así como tiroteos en pleno centro de ciudades tan importantes como Poza Rica y Córdoba.
Entre el viernes, sábado y domingo, tres hechos marcaron la jornada de violencia: el asesinato del presidente municipal de Ixhuatlán de Madero, Víctor Manuel Espinoza Tolentino, junto con su esposa; la aparición de cuatro cuerpos destazados y el abatimiento de tres sujetos que los habrían arrojado al río Papaloapan; y un tiroteo en el centro de Córdoba. La respuesta fue el silencio.
Así, mientras a nivel internacional ponen en evidencia la ineficacia del gobierno y el clima de violencia que se vive Veracruz, el infame fiscal Winckler se divierte en las redes sociales.
La del estribo…
A Irán Suárez Villa lo conocí personalmente frente a una cama de hospital, como médico. Nunca he hablado con él de política, sólo de medicina y medios, dos cosas que conoce muy bien. Mi impresión es que no es un hombre bueno -condición que generalmente le endilgan a alguien para disimular sus limitaciones-, sino que es una persona capaz y decente. Tiene una currícula que envidiaría cualquier médico o funcionario público. Si su trabajo se evalúa a través del filtro de la política o los medios, es probable que tenga luces y sombras, como todos. Si se evalúa simple y llanamente por sus resultados, creo que es el funcionario más destacado de este gobierno. De los muy pocos.
* Columna publicada originalmente para el portal Formato Siete
Comentarios