Sin hacer ruido y pasando casi desapercibido para la mayoría de los mexicanos, el Gobierno Federal mediante su reforma energética, liberó el precio del gas LP, el combustible más utilizado por los hogares mexicanos para calentar el agua y cocinar sus alimentos. Es cierto que ya se esperaba el incremento, ya que al liberarse el precio éste se da de acuerdo a la ley de la demanda y la oferta, además de que el precio se incrementa de acuerdo al consumo de gas de los países orientales. Sin embargo, para el mexicano que vive con un pírrico salario mínimo es un golpe muy fuerte a sus bolsillos.
Se podrán dar muchas explicaciones técnicas y macroeconómicas, pero éstas no satisfacen a la mayoría de los mexicanos cuando tiene que pagar casi 600 pesos por un cilindro de 30 kilos. Y es que éste ha subido 34.62 por ciento en promedio nacional entre diciembre de 2016 y octubre de 2017 de acuerdo con cifras de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), y se espera que siga subiendo como cada año con la entrada del periodo invernal, tan sólo en enero de este año el cilindro de 30 kilos, subió 62 pesos.
Este incremento se da cuando estamos casi a la vuelta de la esquina de las elecciones presidenciales y tenga por seguro que los mexicanos más pobres tomarán en cuenta esta situación antes de efectuar su voto.
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