Más tarde las acusaciones pasaron a algunos comunicadores y deportistas. Está más que claro que algunos que están denunciando en este momento sólo buscan notoriedad o algún arreglo económico. Una entrevista en algún medio amarillista les puede bonificar a una persona de 10 mil dólares hasta 50 mil dólares, según la fama que tenga el denunciante.
El caso es que algo que formaba parte de la cultura del ascenso en el negocio del espectáculo, ahora está mal visto. Es un secreto a voces que muchas actrices tenían los papeles principales de una obra o de una película gracias a los favores sexuales que brindaban a los productores. Mientras eso ocurría y nadie se quejaba, todo quedaba en el silencio. Desde un principio esa forma de ascender es censurable, pero Hollywood es un poco eso y más.