Y es que el presidente Peña no conoce lo que vive el mexicano promedio, el trasladarse a los trabajos que cada día están más lejos consume gran parte de lo que gana quincenalmente. Dentro de su optimismo desbordante, el Ejecutivo federal destacó que, con este aumento, en los últimos cinco años el salario mínimo ha tenido una recuperación de 20 por ciento en términos reales, es decir 45 por ciento en términos nominales, lo que no había ocurrido en más de 30 años.
O el presidente anda mal informado, o sus asesores de economía no le informan que la inflación es mayor al pírrico incremento salarial, ya que uno no se explica por qué el mandatario federal, con una sonrisa soñadora, informa que «no se trata de un ajuste menor» considerando que al inicio de la administración el salario mínimo era de 60 pesos. Sería bueno que alguien le informe cuánto se gastan las amas de casa por la canasta básica.