Nos llegó el mensaje de una persona muy ofendida porque no publicamos una denuncia que nos mandó en estos términos: «ESPERO QUE EN ESTA OCASIÓN SI SE TENGA RESULTADOS Y VEAMOS UNA PUBLICACIÓN». Para empezar, era la primera vez que nos mandaba esa información, en segundo lugar, tratamos de verificar el correo electrónico o el nombre y el resultado fue nulo. A las personas que nos mandan información siempre les pedimos que se identifiquen con nosotros, y si su solicitud es que reservemos su identidad, lo haremos.
En ocasiones el director de este medio ha sido llamado ante las instancias de la PGR para declarar por algún reportaje y nunca ha revelado sus fuentes, acogiéndose a las leyes internacionales del secreto de fuentes de información. Pero en la forma de pedir está el dar. Esa misma persona anónima manda ahora otro mensaje molesto: «crei que ustedes eran diferente pero se que trabajas para el gobierno que lastima» (sic).
En Libertad bajo Palabra no somos voceros oficiales del anonimato, de hecho creemos que los mensajes anónimos han causado mucho daño a los medios de comunicación y a la sociedad entera. Es por ello que todos nuestros columnistas y reporteros firman con su nombre, porque se hacen responsables de lo que publican.
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