Salvador Muñoz / La comparecencia del titular de Sefiplan, Guillermo Moreno Chazzarini, no sólo se caracterizó por la deprimente participación del “Dipu Tito” Delfín Cano, que pedía un glosario de términos financieros, o por la repetición de preguntas al secretario que hacían diputados que por ausentarse, no se percataban que ya se había tocado un tema, sino también por la presencia de un diputado al que hubiera sido más fácil cuestionar que al mismo Moreno Chazzarini: Juan Manuel del Castillo González.
Abría la comparecencia Moreno Chazzarini con tres puntos a tratar: los antecedentes de la crisis financiera en Veracruz, las acciones realizadas para el equilibrio financiero y los retos a cumplir para el año 2018 mientras en las butacas centrales, ahí estaba El Flaco Del Castillo, en la segunda fila; primero, acompañado por Fernando Kuri, quien se retiró antes de iniciar la comparecencia aunque más tarde volvió; luego, por un largo rato, se quedó solo; y al final, acabó acompañado de Armando López Contreras.
Libreta de taquimecanografía y lapicero en manos, escuchaba y veía atento las proyecciones de lo que explicaba el secretario de Finanzas.
Una y otra vez, la mano de quien fuera subsecretario de Ingresos durante un lapso en la administración de Javier Duarte de Ochoa, se posaba sobre su barbilla mientras Moreno Chazzarini explicaba que el déficit presupuestal de más de 20 mil millones de pesos encontrados al inicio de la administración, ya había sido disminuido a 6 mil millones de pesos, por lo que el reto para noviembre del 2018 es que las finanzas de Veracruz se encuentren sin déficit y estabilizadas.
El Flaco Del Castillo abrió su libreta. El lapicero dudaba en apuntar y al final, acabó pasándoselo mejor por la boca al tiempo que el titular de Finanzas hablaba de las medidas tomadas para contrarrestar el déficit gubernamental como fueron reducciones entre el 10% y el 20% al gasto público de todas las dependencias, congelamiento de plazas, estricto control en altas de personal, y la “eliminación” algunos organismos públicos descentralizados.
Tras un intenso masajeo de barbilla con la mano izquierda; un rápido saludo a parroquiano que llegó tarde a la comparecencia; la leve distracción de una fotógrafa que se planta casi frente a él, ¡por fin se decide a hacer un apunte en esa libreta que parecía de adorno! Le ofrecen una botella con agua, pero con el dedo pulgar en alto la rechaza.
Se queda quieto, al grado de inmóvil, cuando Moreno Chazzarini enfatiza el mal manejo de los recursos en la pasada administración y la mirada de El Flaco se queda fija en las proyecciones que presenta Sefiplan.
Algo hay que reconocerle al ex subsecretario de Ingresos de Duarte de Ochoa… no, no su valor por estar presente en dicha comparecencia, tampoco la atención prestada desde el inicio hasta al final de la comparecencia donde a diferencia de otros diputados que salieron y entraron o llegaron tarde, él “se la chutó” toda; y mucho menos su intervención en la ronda de preguntas y respuestas… hay que reconocerle que sólo una ocasión sacó de su bolsillo el celular, se cree que checó mensajes y de inmediato lo guardó para seguir atento a las palabras del secretario de Finanzas.
Aunque también hay que destacar lo que parece ser fue el papel de “coach” que hizo a su homólogo Armando López Contreras, pues el diputado pluri-priísta traía apuntada su pregunta y se la enseñó a Juan Manuel del Castillo, quien le hizo uno o dos comentarios sobre algunos puntos.
Por cierto, El Flaco Del Castillo solicitó información respecto a cuánto asciende el incremento del “ramo por la libre disposición”, a lo que Moreno Chazzarini respondió que hubo un incremento del 20 por ciento, lo que permitirá cubrir los montos establecidos en la Ley de Egresos del Poder Judicial, de la Universidad Veracruzana y de la Fiscalía General.
Al final, no sé el resto de los asistentes, pero me era curioso ver a alguien cercano a Javier Duarte de Ochoa, que fungió como su secretario particular y subsecretario de Ingresos, que estuviera tan atento al trabajo de quien se encarga de recomponer lo que en un momento dado, El Flaco descompuso de manera directa o indirecta, en su paso por el duartismo.
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